—Le diré que entonces yo dejaré la escuela.
Dijo Fer y yo negué rotundamente.
Había tenido una plática con el abuelo una noche antes, había decidido decirle que no seguiría con mis estudios después de ver cómo se la pasaba tronandose los dedos cada día.
Siempre había sido difícil, pero ahora con los tres en la universidad y Alfredo a punto de graduarse, los gastos se habían vuelto exorbitantes.
—Alguien tiene que hacerlo y no serás tú y mucho menos Alfredo.
—¿Por qué tú? Yo soy la mayor, yo soy quien debe hacer esto.
—Alfredo es el mayor, Juli. Ya quítate ese peso de los hombros, ese que tú misma te pusiste.
—Soy mayor que tú por dos meses, Fer. Además ese no es el punto.
—¿Y no han pensado que sería más fácil buscar otra fuente de ingresos?
Dijo mi hermano recargado en el marco de la puerta haciendo que mi prima y yo nos sobresaltaramos.
—¿Cuánto tiempo llevas ahí?
Preguntó Fernanda a lo que Alfredo soltó una pequeña risilla.
—Lo suficiente para decirles esto, ninguno de los tres dejará la escuela, no lo voy a permitir.
Caminó hacia su habitación y cerró la puerta, yo suspiré.
—Suena muy bien, ¿Pero de dónde sacaríamos otra fuente de ingresos? Ya hacemos todo lo que se puede hacer.
Dijo ella y yo negué con la cabeza.
—No digas eso, siempre podemos hacer más, tenemos que hacer más.
Ella asintió poco convencida y se dejó caer hacia atrás en la cama, yo me acosté junto a ella.
—¿Qué se sentirá ser rico? No tener que preocuparte por las cuentas o cuánto cuesta el kilo de cada cosa.
Dijo ella mirando al techo, igual que yo.
—No lo sé, prefiero no pensar en eso, no hay que soñar tan alto.
Dije y ella bufó.
—¿Por qué no?
—Mira donde nacimos, Fer. Solo en las películas pasan esos cambios radicales de estilo de vida y claramente no le pasan a personas como nosotras.
—A veces eres muy aguafiestas, Juli.
Yo reí un poco.
Nos quedamos en silencio un par de minutos, aunque el comentario de mi prima despertó cierta curiosidad en mí.
—¿Te imaginas tener un auto del año?
Dije mirándola y ella se sentó de golpe.
—¡Como el de el mirrey!
Yo reí.
—Si, como el de él.
—Sería un sueño. El reloj que usa para el diario debe costar lo mismo que nuestro restaurante.
—Y esa cadena gruesa que se pone, es un pretencioso de lo peor.
—Pero es muy guapo.
—Fer, es un payaso.
Ella rió como niña pequeña.
—Es un príncipe.
Se dejó caer nuevamente sobre su espalda, yo rodé los ojos.
POV Israel.
—¿Has visto mi teléfono?
Dije y mi primo negó con la cabeza desde el sofá.
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Aprender a soñar. ||Israel Reyes||
FanfictionIsrael es un futbolista profesional, jugador de uno de los mejores equipos del país. Julieta es una mesera en el pequeño restaurante de sus abuelos. Israel es mimado. Julieta se ha tenido que ganar todo con el sudor de su frente. Israel está enamora...