11. Para ti.

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—Isra, ¿estás bien?

Preguntó Chávez sentándose a mi lado, yo negué con la cabeza.

—No amigo, estoy muy nervioso.

Las manos me temblaban y las piernas también, además de que mis pies no dejaban de golpear el piso.

—Tienes que relajarte, sal a hacer lo que debemos hacer.

Dijo Edson apareciendo junto a él.

Sabía que tenía que salir a la cancha y dar mi cien por ciento, pero justo ahora no era capaz ni siquiera de ponerme de pie, ¿cómo lograría ganar un partido de fútbol?

—No lo entienden, ni siquiera he tenido minutos con el América, estoy pasando por un momento desastroso.

Dije y ambos se miraron entre sí.

—Yo creo que Aguirre no es ningún tonto y si te escogió fue por algo, tienes algo, tienes una garra que nadie más aquí tiene, Isra.

Dijo Luis y Edson asintió.

—Defiendes y atacas aún sin ser esa tu posición natural, tienes el talento, solamente necesitas confiar en ti.

Sus palabras me hicieron pensar de inmediato en Julieta, en lo que ella pensaría si me viera justo ahora.

¿Me miraría con esos ojos llenos de decepción de nuevo? No lo soportaría.

"Con esa mentalidad no vas a llegar a ningún lado".

Sus palabras no habían dejado de dar vueltas en mi cabeza desde aquella tarde, sabía que tenía razón pero algo dentro de mí no me dejaba tomar el valor de hacer esto.

A no ser que...

—Tengo que hablar con Aguirre.

Dije poniéndome de pie y corrí a buscarlo.

Él estaba justo afuera de los vestidores revisando las jugadas nuevamente con Rafa, de repente sus ojos voltearon en mi dirección.

—Isra, ¿todo bien?

—Necesito pedirle un gran favor, sé que no hace excepciones pero en realidad lo necesito.

Él me miró confundido.

—¿Qué es lo que necesitas?

—Necesito hablar con alguien antes de jugar.

—Sabes perfectamente que una vez en los vestidores, debes olvidarte del mundo exterior y concentrarte únicamente en el juego.

Dijo y yo asentí.

—Lo sé, es solo que los nervios están acabando conmigo, tengo que hablar con ella.

Dije y él me miró escéptico.

—Javier, creo que no le vendría nada mal al chico hablar con su novia, es claro que lo necesita.

—No es mi...

—Dios, no sé porqué tengo que lidiar con tantos adolecentes. Bien, dime cómo es y dónde está y vamos a mandar a alguien a buscarla.

—Gracias.

Dije dándole un fuerte abrazo.

POV Julieta.

—Juli.

Dijo mi hermano saludándome, yo le di un gran abrazo.

—¿Cómo estás? No te había visto desde que llegaste.

—Lo siento, hemos estado muy ocupados con el trabajo, trajimos el papeleo de algunos clientes para que no se nos juntara tanto al regresar.

Dijo y yo asentí.

Aprender a soñar. ||Israel Reyes||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora