22. Lo hice.

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POV Israel.

Puse la carpeta con el documento sobre la pequeña mesa de centro mientras mi padre me miraba de la manera más seria posible, aún no entendía lo que estaba pasando pero sabía que en cuanto se diera cuenta, esto iba a ser todo un caos.

Samantha tomaba mi mano, estaba sentada junto a mí y en el sillón de alado se encontraban sus padres.

—Antes de leer eso, quiero que me digas que es lo que realmente está pasando. ¿Tiene algo que ver con la boda?

—No hay boda, papá.

—¿Qué?

Preguntaron los cuatro, Sam me dió un pequeño apretón en la mano y continuó hablando.

—Lo sentimos mucho, sabemos que están muy confundidos y trataremos de explicar todo, solo les pido por favor que no se alteren y me dejen hablar a mí, Israel no tiene la culpa de nada de esto, fui yo.

—Dejen de decir tonterías sin sentido, ya son adultos, este tipo de bromas son muy infantiles.

Dijo su padre y no negué con la cabeza.

—Lo siento mucho, Víctor. No es ninguna broma, Samantha y yo decidimos que no queremos casarnos, sé que es repentino y que puede parecer grave pero no es así, ella y yo estamos perfectamente tranquilos con nuestra decisión.

—Te dije que tu estupidez iba a tener consecuencias, Israel, debiste haberme escuchado.

Mi padre estaba tan molesto que la vena de su frente parecía estar a punto de explotar, era una escena digna de una película.

—Es por eso que me gustaría que leyeras el documento, papá.

Tomó la carpeta y la abrió, conforme iba leyendo, su rostro iba tornándose cada vez más rojo y su mirada más sombría, sabía que era cuestión de segundos para obtener la reacción que había obtenido, papá se puso de pie y me levantó del sofá tomándome por el cuello de la playera.

En el documento se podía leer nada más y nada menos que lo que había platicado con mi abogado ayer mismo por la tarde.

Estábamos apelando a una impugnación del contrato, es decir, dado que fue firmado bajo presión y cuando yo todavía era menor de edad, podíamos intentar impugnar la validez.

Y no solo eso, teníamos todo a nuestro favor.

—No puedes hacer eso, yo te dí todo, eres lo que eres gracias a mí.

—Bueno —Me jalé, soltándome del agarre en el que me tenía— Creo que lo que hiciste por mí ya te lo pagué con creces, ahora es momento de que empiece a vivir mi vida como yo quiera hacerlo.

—Samantha, nos vamos.

Su madre la tomó del brazo y salieron de nuestra casa hechos una furia, yo volví mi vista al frente, encontrándome con la mirada asesina de mi padre.

—Tú fuiste quien decidió que las cosas fueran así, traté de ser honesto contigo y decirte que yo no estaba enamorado de ella, pero tenías que obligar a los demás a hacer las cosas a tu manera, ¿no?

Tomé las llaves de mi auto y caminé hacia la puerta, esta escena ya la había vivido antes.

—Esa chica solo quiere tu dinero.

—No papá, TÚ solo quieres mi dinero, Julieta me quiere a mí.

Salí de casa con la mente en una sola cosa.


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—¿Mirrey?

—¿Cómo?

Pregunté confundido, don Alfonso se aclaró la garganta mientras negaba con la cabeza.

Aprender a soñar. ||Israel Reyes||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora