La noche estaba en pijama, te encontrabas en la fiesta de Oriana y Dybala, post ceremonia, el catering lleno de comida y mozos con copas de champagne o vino pasaban por tu lado.
De poco y con timidez agarraste lo que sería tu primera copa, estabas sola y eras bastante introvertida para poder conversar con la cantidad de gente que te rodeaba, familiares del jugador y la cantante o varios, demasiados famosos.
Eras parte del grupo de la carrera de Ori, por lo cual solo saludaste a tus compañeros y te hiciste un lado. De lejos pudiste observarlos a ellos, los actuales bicampeones de la copa américa, Rodrigo de Paul solo, y a su lado lo acompañaban el mismísimo Di Maria, Lo celso, Paredes, Nico González y con sus mujeres.
Estabas entrando en una especie de fangirl viendo aquellos hombres que te hicieron feliz durante muchos años. Si bien no eran tu tipo de hombre los veías con aquellos trajes y tatuajes resaltando la camisa negra y no podías creer lo suertuda que eran sus esposas. Aunque en tu delirio más profundo quizá solo querías que entre por aquella puerta el comandante de esta selección y no hablaba del mismísimo Messi.
Ya un poco aburrida pero chusmeando y agarrando un poco de todo, decidiste que era un buen momento para ir al baño antes de que llegaran los recién casados.
Entraste en uno de los cubículos y escuchaste que alguien hablaba por un audio. Reconociste esa voz a kilómetros de distancia. Era Tini.
La emoción te invadía al pensar en la posibilidad de encontrarte con una celebridad de ese calibre en un lugar tan casual.
—Hola!— dijiste, tratando de sonar casual pero sin poder ocultar del todo tu emoción.
—¿La estás pasando bien?— preguntó con una risa ligera.
Asentiste rápidamente. —Sí, trabajo para Ori y no puedo creer estar acá.
Martina se rió. —¿No estás acostumbrada a tantos "famosos"?— preguntó, haciendo las comillas con los dedos.
—Ni en pedo— susurraste mientras te mirabas al espejo, tratando de mantener la compostura.
—Perdón que te lo diga, pero amo tu último álbum, dios, qué vergüenza— dijiste, agachando la cabeza con un leve sonrojo mientras te reías.
—Ay, nena, qué linda. Gracias, un placer que te haya gustado, posta.
—Tengo amigas que te aman, pero literalmente. ¿Puedo pedirte un autógrafo en este papel?— Preguntaste, sacando un pequeño trozo de papel y una lapicera de tu cartera.
—Pero obvio, lastima que no tenemos celulares, si no te decia de hacer una foto, estas re linda, alto vestidito.
— Omg, gracias. Alto traje también. Me encanta ese pintalabios. ¿De dónde es?
— De maybelline, ¿queres? capaz conquistas a alguno de aca q esta soltero.
Largaste una carcajada pero aceptaste aquel bálsamo labial, agradeciéndole.
Decidiste aprovechar la oportunidad para charlar un poco más con ella, comentando sobre la boda y no pudiste evitar alargarla por sus nuevas canciones, y lo mucho que te gustaba Buenos aires. Habías hecho que se cague un rato de risa y se despidieron para cada una seguir su camino.
Saliste del baño y en el segundo que levantaste la vista, tu cuerpo quedó duro. Los viste entrar a ellos.
Lo que tenías alrededor quedó quieto por un segundo: Scaloni, Aimar, Manna y Luifa habían entrado al recinto, saludando y abrazando a todos los que conocían.
Sentías que necesitabas no uno, dos o tres baberos. Tenías en frente al mismísimo Lionel Scaloni, dueño de tus pensamientos más sucios. Con un traje hecho para su cuerpo grande y de campo. Aquellas piernas resaltaban con su pantalón de traje negro. Cada detalle de su presencia te dejó sin aliento.

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Lionel Scaloni [One Shots]
Fiksi PenggemarLa demencia es total y me puse a escribir historias sobre el técnico de la selección. Espero que lo disfruten