Narra Silvia...
Caminaba por el pasillo de la base, dentro de poco podremos salir ya que se supone que es nuestro día libre, yo me quedaré por aquí, debo estudiar para prepararme y no cagarla con la consola el día de la misión.
Me paseaba con tranquilidad con la libreta en las manos mientras veía un tutorial en el teléfono, me gusta sentarme en el suelo, las sillas metálicas de los pasillos me dan dentera cada vez que me siento, el ruido que hacen cuando te mueves es exacto al sonido que haces cuando raspas un tenedor contra una olla.
No recuerdo de quien es la habitación detrás de la pared en donde apoyo mi espalda, creo que es la de Xiaobian, no creo que exista problema alguno si me quedo por aquí. Deslicé mi espalda por la pared hasta que me pude sentar en el suelo y cruzar mis piernas para empezar a realizar mis anotaciones.
Keegan venia caminando por el medio del pasillo, me gusta verlo caminar, su actitud es arrolladora, muy desenvuelto, se nota la gran autoestima que tiene.
Él se acercó a mi y apoyó su mano en la pared y la otra en la cintura y me observó de arriba a abajo, alcé mis cejas, y cerré la libreta entre mis manos, pues la sombra de su cuerpo me cubría por completo y no era capaz de ver que era lo que escribía.
- ¿Estudiando? - cuestionó, sus ojos se achicaron y su balaclava se movió alrededor de su boca, está sonriendo.
- Sí...
Keegan se sentó a mi lado luego de emitir un largo suspiro, me codeó un par de veces y rió.
- Estudias mucho, ¿no?
- Solo sobre como usar la consola, de resto todo lo tengo calculado.
- Oh, perdóname, discúlpame experta del genero urbano latino. - bromeaba Keegan exagerando y haciendo reír, me estaba quedando sin aire y me sostenía el pecho.
No podía parar de reír, Keegan también se reía, lo empujé entre en mi ataque para que dejara de molestarme y paré en seco al darme cuenta que me había excedido en la confianza.
- Disculpa, fue muy gracioso lo que dijiste. - me excusaba tratando de contener la respiración para dejar de reírme.
Keegan me observaba con intensidad, sus ojos en serio son como el agua, nunca había visto ojos así de claros, no sé decir si son azules o verdes por la transparencia, aunque creo que son azules.
Creo que está usando perfume en este momento, cuando se mueve su cuerpo despide un aroma fuerte a perfume de caballero, con notas de cuero y madera, normalmente los perfumes de cabalero me dan nauseas, son muy fuertes, pero el de Keegan es atrapante.
- Niña, si esta tu forma de entrar en confianza estamos bien.
- ¿Por qué me dices niña? - volví a reírme, me secaba las lagrimas con los dedos.
- Por que sí...
La voz de Keegan es profunda, melodiosa, limpia y serena, habla como camina, confiado. desenvuelto, tranquilo, es agradable escucharlo hablar.
- Debes cantar lindo.
- ¿Yo?, ¿Qué te hace creer eso niña? - hizo énfasis en la ultima palabra haciéndome reír de nuevo, es muy extraño que me diga así, supongo que me acostumbraré.
- No lo sé. - mentí.
- Podríamos salir esta noche y comprobarlo. - proponía viéndome creo que a los labios, no me está viendo a los ojos.
- Cierto, se supone que hoy es nuestro día libre.
- Y seguimos uniformados.
- ¿Salir dices? - cuestioné.
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Bravo Ghost: Lavender (SAGA COD #3)
FanfictionLo tenía a él, ¿que más podía pedir?, nos saltamos todos los pasos al principio, avanzamos tan rápido que colisionamos, terminando destruidos en el proceso. Silvia, ingeniera informática Argentina de ascendencia italiana radicada en Bristol, trabaja...