Bravo Ghost: Lavender (SAGA COD #3)

Capítulo 13 "Mommy Issues"

Narra Ghost...

Caminaba por los pasillos de la base luego de desayunar el café más negro del mundo para quitarme la resaca, Soap me perseguía.

- Te estuve llamando, ¿por qué no respondes el teléfono? - recriminaba.

- Mi teléfono cayó por el retrete.

- Que asco. - refutó frunciendo el ceño.

- ¿Para qué me habías llamado?

- Para saber si irás a la reunión ésta noche.

- ¿Qué reunión?

- No es por nada en especial, simplemente no lo sé, nos tomaremos unos tragos.

- ¿Dónde harán eso?

- Aquí, en la noche.

- Ah...

- ¿Irás o no? Maldición.

- ¿Para que quieres que vaya?

- Para que te distraigas un poco.

Me detuve unos segundos para pensar, vi de arriba a abajo a Johnny y suspiré.

- Sí, está bien.

Me hará bien tomar valor esta noche antes de conseguir mi teléfono e intentar de nuevo mi propuesta para Silvia.

- Perfecto, nos vemos entonces.

Noté a Zanetti pasarme por un lado en el pasillo, me vió y me sonrió, König le debió haber contado sobre la conversación que tuvimos él y yo sobre Silvia y por eso ahora deja de verme como si quisiera sacarme los ojos.

Salí al exterior a coordinar los entrenamientos del día, Esposito se encontraba practicando tiro, me fijé en su postura, no es la más adecuada.

Seguí caminando hasta ver a Garrick, lo saludé alzando las cejas y me crucé de brazos junto a él.

- ¿La estás viendo? - interrogó él.

- ¿A quién?

- Esposito.

- ¿Qué sucede con ella?

- La postura.

- Ajá.

- Sólo sería cuestión de hacer que mueva la cadera y alinee los brazos.

- Cierto... - hice una pausa. - ¡Esposito!, ¡Corrije la posición!, ¡Endereza la cadera! - grité desde la distancia.

Esposito dió un brinco por mi grito, giró a verme, se veía asustada, hizo lo que le indiqué y siguió practicando.

- Pensé que irías hasta allá a corregir su postura.

- La voz hay que usarla.

Me seguí fijando en la postura de Esposito, se sigue equivocando.

- ¿Sabes que?, iré a corregirla, parece que no es suficiente con gritarle. - informé a Gaz.

- De acuerdo.

Me acerqué a Esposito y con el pie empujé sus piernas con fuerza para que corrigiera la postura.

- Enderézate. - ordené.

Esposito volvió a acomodarse.

- Ahora sí, sigue con lo tuyo. - solté dando media vuelta para seguir mi camino.

- ¡Capitán! - me llamó.

- ¿Qué ocurre?

- ¿Ya lo invitaron a la reunión de esta noche?