CAPÍTULO-10

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Y lo miró parado a los pies de su cama en medio de la oscuridad,
su aura desprendía fuego,
la doncella bajó su mano hacia su cuerpo y no sabía cómo,
pero estaba totalmente desnuda a su Merced.
El viento que entraba por la abierta ventana levantaba las cortinas y movían las telas blancas que adornaban la cama con dosel.
Él desnudo frente a ella la miraba con perversión y le hacía honor a su nombre pues sus pupilas que ahora eran negras destilaban «lujuria». Ambos se miraban.
Su miembro duro y erguido parecía una espada queriendo romper todo a su paso,
pero solo deseaba romper una cosa,
y lo hizo,
cuando acostó su musculoso cuerpo sobre el de la diosa y deslizó su miembro en la cueva caliente que encajó a la perfección con su bestia palpitante y adolorida.
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 Su miembro duro y erguido parecía una espada queriendo romper todo a su paso, pero solo deseaba romper una cosa,y lo hizo, cuando acostó su musculoso cuerpo sobre el de la diosa y deslizó su miembro en la cueva caliente que encajó a la perfección...

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YO TU DIOSA, TÚ MI INFIERNO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora