Después de unos días seguía igual,no comí nada y mis padres se preocuparon mucho,tocaron la puerta de mi habitación y pensé que era mamá de nuevo, pero era la señora Lidia con una bandeja de comida.No podía ni mirarla a los ojos,me sentía muy culpable por todo.
-Corazón,si Izan te viese así le dolería mucho,tienes que comer algo.
A pesar de que ella perdió a su hijo por mi culpa,ella seguía a mi lado tratándome con cariño.Me puse a llorar de nuevo y ella secó mis lágrimas.Le dije que lo sentía y que yo era la culpable de todo.Pero ella solo me intentó calmar con lágrimas en sus ojos.
-Mi hijo gracias a ti pude sonreír de nuevo,hablé con él durante días sobre esto,y me hizo entender que era lo que el quería.No podía detenerle,el ya era mayor de edad.Y me dijo que siempre vivirá en ti,que mientras tu cumplas tus sueños,cumplirías los suyos también.-Su voz era demasiado baja,se notaba que todo esto le costaba mucho.
En una semana perdí unos seis kilos y si seguía así tendrían que ingresarme en el hospital.Me dijo que el funeral sería mañana,pero que no me dejaría ir si no comiese algo.
Lo intenté,intenté comer,pero mientras lo hacía se me hacía un nudo en la garganta.
Después de un rato,la señora Lidia me dio un beso en la frente y me dejó descansar.
Ahí recordé que aún no había leído la carta y con todo el dolor del mundo,la abrí para leerla.Hola amor.
Se que ahora mismo estarás llorando,y no quiero imaginar el dolor que sientes por mi culpa.Quiero que sepas que me has echo el chico más feliz del mundo.Eres la mujer de mi vida y te pienso amar hasta mi muerte y después de ella.Por ti haría cualquier cosa,gracias por cumplir tu promesa y quedarte a mi lado hasta el final.Quiero que te cuides mucho,que comas y que no derrames ni una sola lagrima.Se que en mi lugar tu hubieses echo lo mismo.Ahora,tu y yo somos uno,mi corazón es tuyo.Y mi amor por ti es eterno.Te quiero demasiado,quiero que empieces la universidad y que cumplas todas tus metas.Te deje una sudadera mía,abrázala siempre que me eches de menos,quiero verte sonreír y saber que esto a merecido la pena.Te amo con mi alma y haberte conocido fue el mejor regalo que me pudo dar la vida.
Espero que puedas perdonarme por no haberte dicho nada,pero sabía que si lo hacía no me ibas a dejar hacerlo.
Hugo también cuidará de ti,me hizo esa promesa.Cuida a Alma por ambos,y sobre todo cuídate a ti.Te amo,nunca lo olvides.Izan.
Me dolía mucho leer esto,amor,no tengo nada que perdonarte,solo quería volver a escuchar su voz.
Al día siguiente,intenté dejar de llorar al menos por un momento,me costó mucho pero salí de la cama y me vestí para ir al funereal.
Mamá no se había ido de mi lado ni por un momento,temía a que me pasase algo.
Cuando llegamos,me dio mucho miedo entrar,Hugo estaba ahí,cuando lo vi me abrazó y me dijo que todo estará bien.Ambos entramos y me derrumbe al ver al amor de mi vida en una tumba,ojalá hubiese sido yo y no él.Después de dos horas salimos de ahí,mañana ya tenia que empezar la universidad,y como deseo de Izan,tenia que ser fuerte.
Me despedí de ellos y fui a casa a darme una ducha.Me tumbe en la cama y me puse a mirar las fotos que teníamos juntos.
Me preguntaba porque siempre las mejores personas se iban ,y las malas se quedaban.
Izan no se merecía eso,y la culpabilidad me llenaba demasiado.
Pedí cita en el psicólogo para intentar asimilar todo y aprender a vivir con ellos. La señora Lidia me dijo que siempre que quisiese podía ir a su casa,pero no estaba preparada,tenía tantos recuerdos ahí,incluso en mi propia habitación.
Elena se vino a dormir unos días en mi casa,tampoco se quería separar de mi.Pero le pedí estar un rato sola.
Por la noche miré al cielo y empecé a hablar con él,decidí ir mañana y empezar a ser una persona fuerte.
Me metí en la carrera de derecho,así cumplía un sueño por ambos.Se que en el fondo el podía verme y sentirse orgulloso de mi.
Me fui a dormir abrazando su sudadera y con Alma a mi lado.Recordé en todas las cosas que íbamos a hacer juntos,y de cómo nos íbamos a casar y tener una hija llamada Ariana.
Tantos planes se derrumbaron de un día para otro,que no podía asimilarlo aún.
Cuando me tumbe en la cama cerré mis ojos,y empecé mi sueño lúcido estando a su lado y aun riéndonos en Italia.
Al menos en mis sueños el estaba conmigo,así no olvidaría su voz,y menos su precioso rostro.