A pesar de la majestuosidad del mundo mágico y el poder que lo unía a Lucas, Satur sabía que debía mantener un pie en el mundo humano. Era una dualidad que ambos habían aprendido a aceptar, aunque a veces era difícil reconciliar los dos lados de sus vidas.
Lucas, ahora Rey Hechicero de la Libertad, tenía la capacidad de abrir portales entre los mundos con un simple movimiento de su varita. Esto facilitaba la transición de Satur entre ambos universos. Cada vez que Satur necesitaba regresar al mundo humano, Lucas creaba un portal brillante que los conectaba. Sin embargo, esto a veces dejaba a Lucas ansioso, ya que las visitas al mundo humano significaban que Satur debía abandonar momentáneamente el mundo mágico que ambos compartían.
Vida Humana y Un Encuentro Inesperado
Un día, Satur decidió unirse a un campamento de verano en el mundo humano, buscando un poco de normalidad y conexión con sus raíces no mágicas. Era una oportunidad para desconectar de las responsabilidades mágicas y disfrutar de una vida sencilla. El campamento estaba lleno de risas, canciones alrededor de la fogata, y actividades al aire libre que le recordaban a Satur los simples placeres de la vida humana.
Durante el campamento, Satur conoció a Luciano, un joven humano de espíritu alegre y corazón noble. Desde el primer momento, Satur sintió una conexión especial con Luciano. Era alguien que irradiaba una calidez natural, y Satur no pudo evitar sentirse atraído por su energía positiva.
Una tarde, mientras caminaban por el bosque, Luciano se topó con un grupo de niños perdidos y asustados. Sin dudarlo, Luciano los ayudó a encontrar el camino de regreso al campamento, calmándolos con palabras de aliento y ofreciéndoles su apoyo incondicional. Fue un acto de bondad pura, desinteresado y genuino.
La Aparición de la Caja de Cristal
En ese momento, cuando Luciano llevó a los niños de regreso sanos y salvos, ocurrió algo inesperado. Desde el cielo, una luz cegadora descendió, y una caja de cristal apareció ante él. Satur, que observaba la escena con asombro, reconoció el poder que emanaba de la caja. Era un momento trascendental: la caja de cristal otorgaría un nuevo elemento.
La caja se abrió lentamente, revelando una esfera brillante de color naranja. Era un elemento desconocido para Satur, algo nuevo y misterioso. Luciano, sorprendido, extendió la mano hacia la esfera. Cuando sus dedos la tocaron, una energía cálida lo envolvió, llenándolo de un poder desconocido pero reconfortante.
Satur: —Luciano, acabas de recibir un elemento. Eres un hechicero ahora.
Luciano miró a Satur, perplejo y un poco asustado. —¿Qué significa todo esto?
Satur trató de explicar lo que había ocurrido, pero Luciano estaba abrumado. La idea de ser un hechicero, de ser parte de un mundo mágico, era completamente ajena a él.
Satur: —No temas, Luciano. Este es un don, una oportunidad para hacer el bien, como lo has hecho hoy.
La Transición al Mundo Mágico
Con la ayuda de Lucas, Satur abrió un portal al mundo mágico y llevó a Luciano con ellos. Era hora de que Luciano descubriera el alcance de su nuevo poder y aprendiera a controlarlo. Satur y Lucas se convirtieron en sus guías, enseñándole los fundamentos de la magia en clases que se extendían por horas y días.
En el mundo mágico, la presencia de Luciano trajo una energía renovada. Su magia, llena de colores vibrantes, hipnotizaba a Satur. Había algo en la pureza y la vitalidad del poder de Luciano que era irresistible. Cada hechizo que practicaba brillaba con un esplendor único, fascinante y cautivador.
Lucas, por otro lado, observaba con creciente preocupación. Los celos comenzaron a brotar en su corazón, recordándole un pasado que prefería olvidar.
Celos y Recuerdos Oscuros
Los celos de Lucas no tardaron en hacerse evidentes. Veía cómo Satur admiraba a Luciano, cómo su relación con el nuevo hechicero crecía con cada lección de magia. Lucas comenzó a revivir recuerdos de su propio pasado oscuro, un tiempo en el que la traición había sido una constante en su vida.
Lucas: —Satur, deberías tener cuidado. No todos los hechiceros son lo que parecen.
Satur, ajeno a los celos de Lucas, intentaba tranquilizarlo. —Luciano es diferente. Tiene un corazón puro.
Pero las palabras de Satur no lograban calmar los temores de Lucas. Las sombras de su pasado, donde la confianza había sido traicionada por aquellos más cercanos a él, comenzaron a nublar su juicio.
Lucas había vivido una vida en la que la traición de su familia y amigos había dejado cicatrices profundas. Aquellos recuerdos de abandono y dolor lo impulsaron a cerrarse emocionalmente, dificultando su capacidad para confiar plenamente.
Mientras las lecciones continuaban, la tensión entre Satur y Lucas creció. Satur, fascinado por el potencial de Luciano, no se percató del conflicto interno que devoraba a Lucas. El amor que los había unido ahora se tambaleaba bajo el peso de las inseguridades y los celos.
El Comienzo de los Problemas
Un día, después de una intensa sesión de entrenamiento mágico, Lucas confrontó a Satur.
Lucas: —¿Por qué pasas tanto tiempo con él? ¿No ves lo que esto está haciendo?
Satur, sorprendido por la intensidad de las palabras de Lucas, respondió con calma. —Estamos ayudando a Luciano a encontrar su camino. Eso es lo que los hechiceros hacen, Lucas. Compartimos nuestra sabiduría y nuestro poder.
Lucas: —¿Y qué pasa con nosotros? Parece que te importa más él que lo que teníamos.
La acusación colgó en el aire, fría y dolorosa. Satur se dio cuenta de que las heridas del pasado de Lucas habían reabierto una brecha que amenazaba con separarlos.
Satur: —Lucas, lo nuestro nunca cambiará. Pero Luciano necesita nuestra ayuda ahora. No podemos abandonarlo.
Lucas, herido, dio la espalda a Satur. —Espero que tengas razón. Porque yo no estoy dispuesto a perderte, Satur. No de nuevo.
ESTÁS LEYENDO
Los 4 Reyes Hechiceros "El legado de los elementos"
FantasyEn un mundo donde la magia elemental define la esencia de sus habitantes, los destinos de poderosos hechiceros se entrelazan en una lucha por el equilibrio y el poder. Satur, el Rey Hechicero del Fuego, junto a sus fieles aliados, Ileana, la Hechice...