CAPITULO 1 PENELOPE Y COLIN SE CONOCEN

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La Familia del Barón Featherington no era precisamente la más reconocida en la alta sociedad sociedad Londinense. Dicha familia estaba conformada por Lord Archibald (Barón) y Lady Portia Featherington, tenían 3 hijas la mayor Prudence, Philippa y la menor, una hermosa, amable y risueña pelirroja, Penelope; cada una entre si llevándose 2 años de diferencia. El Barón no gozaba de buena reputación, debido a su ya conocido amor por los juegos de apuestas de cualquier tipo, así como la compañía de personas no tan gratas.

A pesar de que esta peculiar familia no era sobresaliente, se mudaron frente a una de las familias más prestigiadas de todo Londres y alrededores, la familia de los Vizcondes Bridgerton. Corría el año de 1800 cuando estas dos opuestas familias se conocieron, y por azares del destino quedarían unidas por algo más que amistad entre los miembros de las mismas.

La Familia Bridgerton se conformaba por los Vizcondes Lord Edmund y Lady Violet, tenían una manera muy interesante de nombrar a sus hijos, ya que lo hicieron en orden alfabético, siendo el mayor Anthony, después le siguieron Benedict, Colin, Daphne, Eloise, Francesca y un embarazo, el cual no importaría si fuera niño o niño lo cierto es que empezaría por la letra G.

Una tarde, mientras Lady Violet salía a pasear con su amado esposo Edmund, divisaron como una estrafalaria y llamativa Lady salía del jardín de enfrente, dirigiéndose a ellos para saludar; tras ella venían 3 niñas, pero lo que realmente les llamó la atención a esta enamorada pareja de Vizcondes, fue una hermosa pelirroja que sonreía graciosamente mientras corría huyendo de sus dos hermanas mayores, sus rizos rojos como un amanecer se movían como si tuvieran vida propia, llevaba un hermoso vestido color amarillo, color que odiaría durante toda su vida.

-Buenos días excelencias- expresó Lady Featherington haciendo una pequeña reverencia e instando a sus hijas a que también la realizaran

-Buen día Lady Featherington - dijeron a una voz los Vizcondes

-Es un placer para mi presentarles a mis pequeñas hijas: Prudence, Philippa y Penelope - las dos mayores se inclinaron en una reverencia, mientras la hermosa pelirroja de apenas cuatro años les tendió su pequeña mano con la sonrisa más cálida que Edmund y Violet habían visto en su vida

-Que hermosa hija tiene! - dijo con un tono un poco más alto Lady Violet - cuántos años tiene? tengo 2 hijas que se llevarían de maravilla contigo; Francesca de 5 y Eloise de 4.

En ese momento Lady Violet no sabía, pero una hermandad se comenzaría a forjar a partir de ese momento entre una hermosa pelirroja y una rebelde castaña, Penelope y Eloise.

Estaban platicando los 3 adultos muy animosamente, cuando escucharon como se dirigían 3 caballos a paso muy acelerado, casi desbocados. Las niñas jugaban alrededor de ellos, de repente Penelope se sintió atraída por el ruidoso galope de los caballos, y mientras sostenía una pashmina muy amarilla en su mano, que por cierto su mama le dijo que no se la quitará. Sintió como una ráfaga de viento le arrebataba dicha prenda y fue a caer precisamente en la cara de uno de los jinetes, lo cual provoco que este perdiera el control y se cayera del caballo en un charco de lodo.

Los jinetes eran nada más y nada menos que los tres hijos mayores de los Vizcondes: Anthony, Benedict y Colin. Para mala suerte, el que cayo fue le menor de los 3, Colin, al principio la pequeña Penelope se asustó pensando que su mamá la iba a regañar o que el niño se enojaría con ella y le pegaría, como tantas veces lo había hecho su hermana mayor Prudence; ¡pero fue todo lo contrario! Benedict y Anthony se estaban doblando de risa mientras bajaban del caballo, y el niño de apenas 9 años que yacía tirado en el lodazal también se estaba riendo! Al ver esto, la risueña pelirroja soltó una carcajada, y ahí fue cuando el pequeño Colin la vio: ¡era casi como un angelito pelirrojo! Era muy pequeña, traía el pelo prácticamente suelto, sus rizos caían por su espalda y se movían al vaivén de su risa, una risa extremadamente contagiosa y los ojos más azules que Colin jamás había visto.

-Ah! ¿Entonces esta hermosa señorita fue la causante de mi caída? - pregunto Colin con un tono bastante sarcástico

-Una disculpa mi Lord! ¡No fue mi intención que usted cayera! - le dijo mientras se aguantaba la risa y la cara se le ponía de un tono rojo, no sabía si de risa o de pena

-No seas fastidioso con la niña!! ¡No le haga caso señorita! - dijo Anthony, mientras Benedict no podía dejar de reírse de su hermano

- No te preocupes! ¿Cuál es su nombre? - pregunto Colin en un tono bastante dulce

- Penelope - contesto ella más divertida que avergonzada

- Mucho gusto señorita Penelope, mi nombre es Colin y al parecer, seremos vecinos, ¡solo espero que no me vuelva a agredir de esa manera! - la reprendió un tanto divertido

Penelope solo subió los hombros y se dio la media vuelta. Esa tarde de 1800, Penelope y Colin se habían conocido de la manera más extraña y divertida, ella con tan solo 4 años y el con 9.

Aprovechando que la caída había sido tras un árbol y que los adultos no se enteraban aún, los hermanos Bridgerton corrieron a casa, antes de que su madre los viera, y reprendiera a los dos mayores por no evitar que Colin cayera. Las mamás concertaron una cita para que al siguiente día Lady Featherington los acompañara con sus hijas a tomar el té en la Casa Bridgerton.

Seduciendo a Lady WishtledownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora