CAPITULO 10

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Él la beso con tal furia y pasión, que no paso mucho tiempo cuando ya la tenía desnuda en su cama, era tan hermosa como lo había imaginado, y a pesar de que ella se mostraba con un poco de vergüenza, él le dijo que no tenía que avergonzarse, que era la mujer más bella del mundo. Entonces comenzó a besarla, y a bajar poco a poco hasta llegar a su vientre – ¿Así que tienes muchos lunares? Tendré que contártelos uno por uno, y el que más me interesa conocer es el de tu entrepierna - Penelope soltó una risita nerviosa. Él empezó besar cada lunar que encontraba desde el cuello, hasta las piernas; Pen solo se arqueaba y emitía pequeños gemidos -shhh! Nos van a escuchar!- le dijo en el oído y siguió en esa misión que se había impuesto.

Cuando llegó a las piernas nuevamente, las abrió un poco y miro complacido el lunar que tanto había esperado, entonces comenzó a dar pequeños besos en la intimidad de Penelope. Ella tuvo que utilizar una almohada, porque no podía dejar de gemir con las caricias que le daba ese hombre en su intimidad. Cuando sintió como su lengua se metió entre sus labios inferiores, casi grito, y Colin solo sonrió complacido de saber lo que estaba haciendo. Le dio un oral magnifico, de repente solo sintió como algo explotaba dentro de ella, Colin entonces metió un dedo en su interior, no podía más Pen, después metió otro dedo y se fue haciendo camino. Cuando la sintió lista le volvió a preguntar – ¿Estas segura? – ella respondió – Sí! –

-Te va a dolor un poco, pero solo será la primera vez, si te duele mucho dímelo por favor

- No te preocupes!

Colin se desvistió completamente, Pen pudo ver que era lo que había sentido duro, y que crecía; se asustó un poco, Colin se derritió y se encendió aún más cuando vio la cara de inocencia y deseo que tenía esa mujer frente a él

-Si te duele me dices mi niña!

Entonces ella sintió como ese miembro se introducía dentro de ella primero un poco, - ¿Todo bien? – pregunto él, ella solo asintió. Después metió otro tanto con un poco más de fuerza y fue cuando sintió la prueba de su virginidad – Ahora vendrá el dolor – presiono con más fuerza y rompió esa pequeña telita. Penelope hizo un gesto de dolor, -Por dios Penelope, ¡dime que te está gustando! Porque si me dices que no, ¡tendré que salirme y no podría soportarlo! – ella solo le dijo que le diera un par de minutos, en ese tiempo su interior se fue amoldando y asintió para que siguiera Colin las embestidas. Poco a poco él se fue dando cuenta que la expresión le estaba cambiando a placer, y fue cuando comenzó a hacerlo con más ahínco y ritmo. Hasta que en un momento ella volvió a sentir esa explosión en su interior y vio cómo el también comenzó a temblar, no sabría explicar bien, pero en ese momento ella sintió como algo entraba en su interior, algo tibio.

Colin la volvió a besar mientras quería salir de ella, pero en ese momento Pen le tomo sus nalgas y no se lo permitió – No te salgas! – y lo comenzó a guiar en un ritmo al mismo tiempo que ella misma por inercia movía sus caderas. Eso lo volvió loco, y comenzaron otra faena. Esa noche no durmieron ese par de amantes. Lo hicieron cuantas veces quisieron, no se llenaban de ellos; parecía que toda su vida se habían esperado. Ya comenzaba a clarear cuando se dieron cuenta, - ¡ya tienes que irte! – le dijo Pen a Colin – sí, está bien, solo si me das un beso! – le dijo mientras le señalaba la mejilla, ella se acercó a dárselo, pero cuando se acercó le dio un apasionado beso en la boca – Ahora sí! ¡Adiós mi niña! ¡Nos vemos al rato! – y salió a hurtadillas de su recamara.

La mañana había comenzado muy temprano, Lord Watson comento que saldría un par de semanas de viaje por cuestiones de trabajo, así que no esperaba a nadie. Cuando entro Eloise a la recamara de Pen la vio aun dormida. Así que se retiró, lo raro fue que no había visto a Colin desde el baile, fue a su recamara y también lo encontró plácidamente dormido; lo cual se le hizo raro, ya que él siempre era de los primeros en despertarse. Pero lo dejo pasar, ya que pensó que quizá se había desvelado leyendo o algo así.

Ese día Penelope cuando despertó se sentía diferente, ya había dejado de ser esa niña, ahora conocía a un hombre, y para nada se acercaba a las descripciones que había escuchado de su madre o de otras personas, Colin era maravilloso! Bajó ya pasada de las diez de la mañana, Eloise la esperaba en el salón de té y le pregunto cómo se sentía -Bien gracias, ese té me ayudó mucho! – dijo mientras esbozaba una sonrisa.

No iría nadie ese día a visitarla, así que se dispuso a disfrutar su día, a decir verdad no esperaba que Colin le dijera algo, ya que ella lo tomaba como algo que había sucedido por el alcohol quizá, la confusión.. o algo parecido. Se encontraba leyendo en uno de los jardines más alejados de la propiedad, ya que quería estar sola con sus pensamientos y había logrado escabullírsele a Eloise. Todo cambio cuando apareció Colin.

-Te he estado buscando por toda la casa! Desperté y lo primero que quise fue verte, pero ya no estabas en tu habitación

- No sabía que me buscabas, aquí he estado toda la mañana leyendo, ¿Cómo te sientes? Anoche estabas muy tomado y dicen que cuando toman mucho, en la mañana están un poco indispuestos.

- Me siento muy bien realmente, solo que me hace falta algo para sentirme mejor – se agacho y le robó un beso, un beso que le supo a gloria.

- No hagas eso! ¡Nos pueden ver! ¡Además, es impropio!

- Por favor Penelope! ¡Creo que este inocente beso es lo más propio que hemos hecho tú y yo! – la tomo por las dos manos y la levanto para darle un beso más fuerte, un beso que pareciera que más que besarla quería robarle el alma.

Penelope por supuesto que acepto ese asalto, ella también lo deseaba con su vida. Lo tomo por la nuca y repegó su cuerpo aún más a él. Pudo sentir como su miembro se volvía a endurecer, y esa imagen de la noche anterior, al verlo erecto hizo que algo se encendiera en tu interior. De un solo movimiento Colin tomo a Penelope por las piernas ya la subió a la altura de su cadera; estaban muy cerca de la pared colindante, por lo cual fue muy fácil utilizarla para tener más agarre. Él la besaba en la boca, en el cuello... y se acercaba peligrosamente a sus pechos; ella solo disfrutaba del placer que le daba esa boca en cualquier parte de su cuerpo.

La cordura regreso como un rayo de Luz a Penelope, y vaya que le era difícil con Colin devorando cuanto podía en la parte superior de su cuerpo, mientras sus manos ya se habían metido bajo su falda. – Para Colin! – fue lo único que pudo decir. En ese momento él regreso y se dio cuenta que estar haciendo eso en un jardín, a la luz del día, mientras su familia podría andar paseando por el mismo y con una señorita soltera no era lo más congruente. La bajo lentamente, ella trato de acomodarse el vestido y un poco el cabello, al igual que él hacia lo mismo; no habían pasado ni dos minutos cuando Hyacinth y Eloise llegaron corriendo buscando a Penelope

-Vamos! ¡¡Te andábamos buscando!! ¡Iremos por un helado! – le dijo Eloise casi en un grito

- Claro! Sólo le contaba a Colin acerca del nuevo libro que estoy leyendo, pero en otra ocasión será

- No te preocupes Penelope, después terminaremos esto – le contesto Colin en voz alta, más cuando se acercó para retirarse le susurro muy cerca de su oído – esta noche terminaremos esto – se despidió de las tres señoritas y se retiró.

Seduciendo a Lady WishtledownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora