CAPITULO 6

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Paso un mes más, cuando un día Portia entro a la habitación de Pen y le dijo que ella no podría viajar con ellas al campo

-Penelope, el dinero que me dará tu primo está muy justo, apenas podre enfocarme en conseguir esposos para tus hermanas y lograr sobrevivir, creo que lo mejor será que te quedes aquí como institutriz de los futuros hijos de Lord, igual y logramos que te de una pequeña dote y hasta marido te encuentre

Penelope la miro horrorizada! ¡La iba a abandonar! ¡No le importaba si su primo la tenia de sirvienta o de que! Pero asintió con la cabeza y se fue a su habitación a llorar. Lo que más le pesaba era que Colin ya no estaba para consolarla, y eso le partía el corazón.

Una semana más tarde llegó el nuevo Lord Featherington, antes de lo pactado, por cierto. Portia le dijo que ya estaban a punto de marcharse, solo que pensó que tenían por lo menos una semana más. Pidió hablar a solas con Él. Le explico la situación de su hija menor

-Penelope sería una magnifica institutriz, sabe leer y escribir perfectamente, sabe de ciencias, artes e historia. Si usted fuera tan amable de acogerla, en dos años ya podremos conseguirle esposo, y si usted le diera una pequeña dote, ella sería feliz

Aun no conocía a ninguna de sus primas, Portia las mando a llamar; primero llegaron Prudence y Philippa, las saludo y se presentó. Tras ellas llego una preciosa niña muy chiquita, era hermosa, tenía el pelo rojo que contrastaba con los ojos turquesa. Desde que la vio una mirada muy rara apareció en él. En ese momento Portia no lo notó, pero Penelope sí. Después de salir de la biblioteca e ir a su habitación, Penelope le rogo a su mamá que no la dejara con Él, su mamá no le hizo caso.

Una semana después, Portia y sus hermanas preparaban todo para partir. Pen salió a despedirlas, su corazón terminaba de romperse al verlas partir: no tenía a Colin y su amiga Eloise no tenía permitido visitarla. Mientras veía como su familia se marchaba, las lágrimas corrían por sus mejillas. Esa noche paso sin mayor novedad, ella ceno en su habitación, leyó un libro y se durmió. La mañana siguiente, después de desayunar en su habitación, se vistió con un vestido muy simple, ya no contaba con doncella, por lo cual su cabello iba muy natural. Su primo la mando a llamar a la biblioteca, Pen llegó inmediatamente y se puso a sus órdenes. Cuando entro al lugar, inmediatamente el nuevo Barón cerró la puerta, y Pen sintió como un escalofrió recorría su espalda, era miedo -Disculpe mi Lord, pero es impropio que una señorita este a solas en un salón con un hombre, y más con la puerta cerrada- exclamó Penelope tratando de ocultar su nerviosismo

-No te preocupes querida niña! Tengo que hablar contigo de algo muy serio, y no me gustaría que nadie escuchara, es sobre tu futuro, ¿no te interesa tu futuro? - mientras hablaba, su mirada era como si un lobo estuviera a punto de devorarse a su presa

-Claro que sí, pero sin duda podríamos hacerlo en el jardín – Penelope cada vez se sentía más incómoda

Entonces Él comenzó a caminar en círculos alrededor de ella, le comenzó a decir que ella podría tener un mejor futuro, lleno de comodidades, incluso hasta una familia a la que atender. Pen se emocionó, pensando que estaba proponiéndole buscar marido, pero en sus adentros rechazaba la idea, porque el hombre que llenaba todos sus pensamientos y su corazón era Colin.

En ese momento, de un solo movimiento, mientras Pen se encontraba en sus pensamientos, Lord Featherington la tomo por la cintura, ella palideció y se logró zafar de su agarre.

-Vamos querida prima! ¡Te ofrezco que seas mi mujer! Podrás vivir en una hermosa casa en las afueras de la ciudad, te visitare periódicamente, y todos los hijos que tengamos los reconoceré como míos, nunca te faltará nada, vivirás como reina, es más, hasta podría darles generosas dotes a tus hermanas para que se casen decentemente, ¿qué dices?

Seduciendo a Lady WishtledownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora