CAPITULO 2 COMIENZA UNA AMISTAD

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Portia estaba muy emocionada por haber sido invitada a la casa Bridgerton, ya que sabía que era una familia reconocida e influyente. Arreglo a sus 3 hijas con los colores mas chillones que pudo haber encontrado, vestidos muy hermosos, pero de colores muy escandalosos. Al llegar con sus vecinos, fueron anunciadas y ya las esperaban en el Salón de té de la familia; Daphne comenzaba a entender como bordar, muy correctamente sentada en un sillón, Francesca trataba de aprender piano y una pequeña Eloise insistía en que la enseñaran a leer; las tres señoritas ataviadas con hermosos y elegantes vestidos azules.

-Llegaron! ¡Que gusto mis queridas! – saludo Lady Violet a las invitadas

-Un placer su excelencia! – mientras hacia una reverencia

Atrás de Portia se asomó aquella hermosa niña que el día anterior le había llamado tanto la atención a la Vizcondesa

-Hermosa señorita Penelope! Venga conmigo para presentarle a mis hijas – le dijo en un tono de lo más dulce a esa niña, mientras le tomaba la mano y les hacia una ademan a Prudence y Philippa para que se acercarán.

-Daphne, Francesca y Eloise, les presento a nuestras vecinas: Prudence, Philippa y esta hermosa señorita se llama Penelope

¡De inmediato Penelope y Eloise hicieron click! Daphne no se interesó en sus vecinas y Francesca termino llorando por que Prudence le jalo el pelo

-Bueno, ¡al parecer las únicas que realmente disfrutaron esta visita fueron Penelope y Eloise! – dijo Portia en un tono un tanto desilusionado, ya que tenía la ilusión de que todas sus hijas se hicieran amigas de las Bridgerton

-No se preocupe Lady Featherington, así son los niños, pero tenga por seguro que las puertas de mi casa estarán siempre abiertas a sus hijas, especialmente para Penelope – le comento Violet

En un segundo entraban corriendo Colin y Benedict, los cuales venían peleándose por una bandeja de comida, tras ellos venían el Vizconde y el mayor de los Bridgerton. Al entrar a la sala Colin se sorprendió de ver a esa risueña niña jugando animosamente con su hermana menor. Dejo la pelea por la bandeja de comida, no sin antes tomar varios bocadillos; y si dirigió hacia ellas

-Buenas tardes señorita Penelope

Penelope solo volteo con una hermosa sonrisa y le dijo – buenas tardes señor Colin- a lo que Eloise soltó una carcajada, seguida de Penelope

-Ya vete! ¡No ves que estamos leyendo libros! – le reclamo Eloise mientras lo empujaba

Colin no tuvo más remedio que alejarse. Duraron unos momentos más las Featherington y se retiraron. Portia estaba satisfecha, porque en esa familia había varios hombres que sin duda podría emparejar con sus tres hijas! ¡No la haría nada más feliz que ver por lo menos a una de sus hijas casada con un Bridgerton!

Al llegar a casa, no está Lord Featherington, el ama de llaves, la sra Varley le dijo que había salido desde temprano y que no había dicho a donde. Portia tenía años que no le interesaba a donde iba o con quien; mientras tuviera su mesada a tiempo lo demás no le importada como hiciera el dinero.

Los días pasaron y la presencia de Penelope en la casa Bridgerton era más cotidiana, tanto que cuando por fin Eloise presiono tanto a su papá para que le pusiera una institutriz que la enseñara a leer y educarse como todo un señor de sociedad, Penelope también recibió clases a escondidas de sus padres, porque ellos no estaban de acuerdo en que una señorita recibiera lecciones de historia, matemáticas o ciencias; las señoritas solo deben saber escribir cartas y leerlas, llevar una casa, cocinar, bordar... etc... todas esas cosas que Pen y Eloise tanto odiaban. Ya habían pasado un par de años, ya había nacido el séptimo hijo, Gregory. Colin también se había hecho amigo de esa dulce niña, le encantaba como se reía de sus chistes, como lo hacía a él sonreír.

Violet se encontraba embarazada nuevamente, seguía la letra H, ya habían pensado en nombres de hombre y mujer con esa letra; los vizcondes se amaban mucho, y se les notaba, y estaban felices por su embarazo. Cierto día estaban en el jardín de atrás viendo como todos sus hijos jugaban; cuando de pronto entro llorando Penelope, su sonrisa espontánea y divertida no estaba, solo una cara de terror y lágrimas; Colin fue el que se dio cuenta, ya que le conocía hasta las pisadas a esa pequeña pelirroja, y cuando la escucho volteo hacia donde venia, y fue cuando la vio, corrió hacia ella e inmediatamente se dio cuenta que la razón de su terror era su hermana que iba con una muñeca rota y burlándose de ella mientras la amenazaba con pegarle. Colin la puso tras de Él, y Prudence entendió que se tenía que ir. Fue entonces cuando Colin la abrazo para consolarla, y pudo sentir ese olor en esos rizos que durante toda su vida lo iba a acompañar.

Fresas, caramelo y rosas – repitió en su mente, mientras consolaba a su amiga. Eloise se había ido a un columpio más atrás de donde estaban, por lo cual no se dio cuenta de lo que había pasado. Una vez que Penelope dejo de llorar, su hermosa risa volvió y esa risa fue para Colin, corrió y Colin corrió tras de ella divertido. Esta hermosa escena la vivieron de primera mano Lady y Lord Bridgerton; recordaron que así habían empezado su historia ellos mismos años atrás, se dieron una sonrisa de complicidad y Edmund le dijo a Violet que desearía que Colin se casara con esa hermosa niña, ya que nunca podría de dejar de reír con ella, además de que era muy inteligente y muy pícara; Penelope había aprendido a leer, escribir, sumar, restar y hasta multiplicar en la mitad del tiempo que su amiga. Edmund se dio cuenta que una niña así, solo podría ser una mujer fuerte, capaz de vencer cualquier obstáculo, mientras que su hijo era muy sensible y le encantaba la aventura. – Si, definitivamente ella seria la ideal para Colin, dijo Edmund, ¡- además tendrían hermosos hijos pelirrojos con bellísimos ojos azules! – replico Violet-

Seduciendo a Lady WishtledownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora