CAPITULO 22

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Ya había pasado una hora y no salían, Eloise estaba muy nerviosa, temía que su madre saliera a buscarla y tendría que dejar su puesto de vigilancia – Tengo que entrar con este par! Me van a matar de estrés!! – Decidida y después de verificar que no venía nadie se dirigió a la entrada, abrió la puerta y lo que vio la dejo petrificada: su amiga sentada en la mesa central del jardín con el vestido levantado, la parte superior del mismo abajo con los pechos expuestos, su hermano con los pantalones abajo entre las piernas de Penélope, moviéndose extrañamente, al parecer su rostro en uno de los pechos y la mano en el otro.. ambos emitiendo sonidos extraños y muy sonrojados – Pen.... Col.... Yo... perdón.. –

20 minutos antes de que entrará Eloise:

– pero tiene un problema... no eres tú... y eso lo hace terriblemente malo! – dio una risa nerviosa – te amo Colin, amo a tus hijos, pero también quiero más, si no pude tener lo que desde niña me dijeron, voy a obtener lo que yo deseo en estos momentos.-

Se acercaron y no hubo más, ambos habían confesado una vez mas sus sentimientos, y se necesitaban; se fundieron en un beso intenso, llenó de pasión y necesidad; Penélope sintió que había chocado con algo, Colin observo, comenzó a subir su vestido sin delicadeza, todo era pasión en ese momento, cuando lo tenía arriba la tomó por el trasero y la sentó en la mesa. Fue cuando comenzó a bajar los labios por su cuello mientras sus manos buscaban ávidamente como quitarle la ropa interior, no fue difícil hacerlo, en pocos minutos Penélope ya estaba totalmente lista para recibirlo, mientras en la parte de arriba Colin bajaba el corpiño del vestido para sacar sus pechos que siempre lo habían vuelto loco. No lo pensó más y se lanzó sobre de ellos, devorándolos y haciendo gemir una y otra vez a Pen. Los dos necesitaban más, y Colin se desabrocho los pantalones y en un solo movimiento ya estaba dentro de ella, la embestía desesperadamente, lo suyo era una pelea de bruscos movimientos, gemidos, arañazos, mordidas y lamidas. Estaban entregados a esos momentos de gran pasión.. cuando la puerta se abrió y la cara de Eloise fue épica!

Eloise solo había imaginado lo que ya habían hecho su hermano y su mejor amiga, por supuesto que no le causaba ninguna gracia, finalmente ellos habían crecido como hermanos y no entendía cómo esos dos habían desarrollado esos sentimientos que para nada eran fraternales, y después de ver esa escena.... Para nada eran fraternales. Cinco minutos después, salieron del jardín Colin y Penélope bastante ruborizados, acomodándose aún las vestimentas y el pelo.

-Eloise... creo que ocupamos hablar

- Qué?... miren, no los voy a satanizar por que lo vi, que finalmente no se muy bien lo que vi, solo contéstenme... estamos bien? ¿Se arreglaron?... bueno... yo creo que vaya que si se arreglaron... - en ese momento Penélope y ella se comenzaron a reír fuertemente – Bueno.. al menos ya se como se hacen los bebés- Penélope quiso darle un abrazo pero ella se apartó divertidamente – no no no... se donde tenias esas manos, primero ve a asearte... y lo mismo va para ti Colin, no se atrevan a tocarme!! ¡¡Es asqueroso!!

Realmente no habían hablado mucho, Colin sabía que Penélope no se retiraría de ese mundo y comenzaba a sentir una punzada en su corazón, no sabia que era, pero le molestaba. Hablo con Eloise y le confirmó lo que Pen le dijo, le expresó que tenía miedo por ella, que se cuidarán mucho, y también le preguntó si conocía a esa tercera persona; claro que Eloise sabía que Madame Delacroix era su cómplice, ella misma se había encargado de llevar el panfleto varias veces entre vestidos para arreglar o telas que mandaba su madre para confeccionarles vestidos – No hermano, no la conozco- Colin sabía que mentía, después de verla el nivel de complicidad que tenían esas dos después de ver como Colin se devoraba a su amiga, le había quedado claro que entre ellas no había secretos, pero él tendría que poco a poco conocer esos secretos.

En una semana mas Colin tenia que volver a irse, esta vez regresaría hasta el fin de temporada, estarían un mes más ahí antes de irse todos a Aubrey Hall a comenzar la temporada baja. La semana pasó volando, Colin acompaño a Pen, contra su voluntad, a entregar el siguiente número, por lo que decidió que mientras Colin estuviera ahí, los mandaría con Genevieve. Amanda y Oliver estaban tristes, pero se consolaron con saber que seguirían en la casa de Penélope; todo siguió su ritmo, Debling iba y venia por negocios, al parecer quería establecerse y por ello era necesario empaparse de los negocios.

El fin de temporada llegó, Penélope se despidió de sus niños, tenía que irse con su familia, pero les prometió visitarlos en menos de un mes, ya que al parecer seguirían bajo la tutela del Vizconde – Al parecer Marina no quiere regresar a su casa, Colin ya fue a buscarla y ella lo corrió – fueron las palabras que Eloise le comentó. Penélope hubiera deseado con toda su alma seguir con ellos, pero su madre también la necesitaba, ya estaba mucho mas recuperada, pero todavía de cuidado – Les prometo mis corazones que en menos de dos meses iré a quedarme con ustedes unos días, sí?- los dos pequeños lloraron, para Oliver Pen era su mamá, y así la llamaba, los bebés pequeños olvidan pronto, y la cara que Oliver recordaba era la de Penélope todos los días cuidando de él, cantándole y llenándolo de amor, y para Amanda, Pen también era esa mamá, después de tanto oír a su hermano decirle Mamá, ella también le había comenzado a decir así, y eso le rompía el corazón; por que ese par de niños no eran de ella, y los amaba tanto como a su padre.

Toda la familia Featherington se marchó en cuanto termino la temporada, Colin le hizo prometerle que iría a Aubrey Hall unos días, él sabía lo mucho que sus hijos amaban a Penélope

– Por supuesto, ya se lo prometí a mis niños, y todo lo que les prometo a ellos lo cumplo

-Ah!! Entonces ya se a quienes tengo que sobornar para que te hagan jurar cosas que me convengan a mi

- No seas tonto! Amanda es mas lista que tú! ¡Jamás caería en tus trampas!

- Claro! Heredo la inteligencia de su nueva madre, no lo puede negar

Esa declaración le calo en el alma, y solo le recordaba que esos tres seres humanos no le pertenecían y por mucho que los amara, pertenecían a Marina. Eloise llegó a despedirse de su amiga

-No se les puede dejar a ustedes unos minutos solos sin que quieran hacer... lo que hacen verdad?

- Así es hermanita, si por mi fuera, yo pasaría toda mi vida haciendo "eso" con Pen, pero ya lo entenderás cuando te enamores

- No gracias!! Pen y yo tenemos otros planes, así que así estoy bien... nos vemos hermanita... ni creas que permitiré que mis sobrinos con su odioso padre te acaparen en Aubrey Hall, así que tienes que ir un tiempo largo para que no comience una guerra allá

- Por supuesto Eloise! ¡No sería capaz de provocar eso! Nos vemos – Abrazo a Eloise y después en ese mismo abrazo incorporo a Colin.

Seduciendo a Lady WishtledownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora