Es otro día soleado en Megapolis; los capullos de la flores están comenzando a brotar y las aves cantan con el amanecer que calienta los árboles y al mundo. MK empuja las sábanas de su cama con una pata y se levanta animadamente, yendo a cambiarse del pijama a la ropa nueva que compró junto a Mei, colocándose un suéter oscuro de tacto suave y cuello largo y unos pantalones grisáceos con costuras rotas en la parte de las rodillas. Pese a la extraña situación en la que se encuentra, siente que hoy será un buen día.
Macaque, a quien le caen encima las mantas de MK y se despierta por esto, está decididamente menos entusiasmado. MK, ya vestido, y Macaque, levantándose agotado aún con el pijama prestado, se dirigen al baño y comienzan a lavarse los dientes, ambos con cepillos nuevos y recién comprados.
—¡Hoy será un buen día! —MK dice, con algo de pasta en sus labios.
—Mmm, ¿y eso por qué? —Macaque dice, sin dejar de cepillarse los dientes y siendo sus palabras apenas comprensibles.
—¡Hoy lo daré todo de mi para que sea normal! Saldré con Mei a los recreativos, entregaremos la comida, pasaré tiempo con Sandy y veré a Monkey King.
Macaque escupe la espuma y agua en el lavado antes de responder. —¿Aún piensas ir a ver a Wukong luego de lo que pasó ayer? —Macaque apunta la cara que le pertenece a MK en este momento con su cepillo de dientes.
—¿A qué te refieres? ¡Ayer fue genial! —dice, radiante.
—¿No recuerdas lo ansioso que estabas?
—¡Nop! ¡No tengo ni idea de que hablas! Nopi. —él mueve su cabeza de un lado a otro con una sonrisa y una expresión orgullosa. Macaque deja salir un aliento exasperado, sabiendo que no va a lograr hacerle cambiar de opinión.
Macaque se viste con una de las únicas chaquetas de MK que no tiene el logo de Monkey King en la espalda y desenreda el cabello sobre su cabeza, pero no le hace su forma habitual y deja que se quede flojo, sin usar tampoco la bandana roja que caracteriza al chico, en lugar de eso, se pone su bufanda. MK sigue pensando lo singular que es que Macaque siga logrando verse tanto como él mismo pese a estar en otro cuerpo.
Ambos bajan al restaurante y Pigsy les da bolsas y direcciones para que comiencen a repartir. Macaque no se queja esta vez y ayuda de buena gana a MK. Ambos corren y saltan por los edificios de la ciudad de la misma manera que ayer y MK espera que esto se mantenga como parte de su rutina incluso cuando vuelvan a sus propios cuerpos.
En un momento se detienen, jadeando por aire, y el celular de MK comienza a sonar. Él lo saca de sus bolsillos y responde sin revisar quién era. —¿Sí, hola? —dice, aún sin aliento.
La línea se queda en silencio por un segundo y MK revisa de quién se trataba. —¿Macaque? —era Monkey King.
MK mira a Macaque con alarma en su rostro, él se acerca. —¡Ah, Mon-Wukong- eh, hola! —el chico saluda nervioso y Macaque se da cuenta de lo que esta pasando, ofreciendo su mano para hacerse cargo de la llamada, pero MK no cede.
—¿Qué haces con el celular del chico? —Monkey King pregunta.
—¡Bueno, estábamos pensando el tiempo y...! eh, bueno... —Macaque frunce el ceño antes sus nulas habilidades de actuación. —¿Cómo estás? —MK tira la mentira por la borda e intenta entablar una conversación no relacionada a eso.
Otra vez, hay un silencio al otro lado de línea, tras el cual Monkey King, aturdido, responde —Estoy bien. ¿Qué tal tú? —dice suavemente.
MK se siente aliviado ante la respuesta tan natural y dispara su energía optimista a través de su voz ahora grave. —¡Bien! Me alegra que estes bien. ¿Necesitas algo? ¿Quieres que vaya, eh, que MK vaya a entrenar?
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Overshadowed
FanfictionTras un incidente, MK y Macaque terminan intercambiando sus respectivos cuerpos y magias. El equipo está buscando como solucionar esto, casi no avanzando hacia una manera de lograrlo. El tiempo pasa y MK comienza a notar como a su alrededor pequeñas...