☆𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 32☆

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Pov _____:

Al llegar al pie de la escalera, vi a Hunter en el suelo, tratando de levantarse con un esfuerzo visible, pero claramente aún luchando con su equilibrio.

—¿Qué demonios estás haciendo? ¡Te dije que no hicieras ruido! —exclamé, mi voz cargada de irritación mientras me acercaba.

Hunter se detuvo y se giró hacia mí, con una expresión que intentaba ser desafiante, pero que claramente mostraba su malestar.

—Y yo te dije que te quedaras conmigo —replicó, tratando de mantener su tono firme a pesar de la debilidad en su voz.

—Por favor, no soy tu niñera —respondí, cruzando los brazos con desdén—. ¿Por qué no puedes simplemente quedarte en la cama?

—Si no vienes conmigo, comenzaré a gritar. No creo que quieras que tu familia se entere que estoy aquí, ¿verdad? —advirtió con un toque de amenaza.

El ultimátum me hizo dudar por un momento. La idea de que mi familia pudiera enterarse de la presencia de Hunter en mi casa me resultaba incómoda, especialmente considerando la situación en la que se encontraba.

—Bien, bien, solo haz silencio —dije finalmente, con un suspiro de resignación que mezclaba frustración y un leve sentido de derrota.

Él sonrió ligeramente, claramente orgulloso de haber ganado la discusión.

—Bien, ahora sé buena anfitriona y ayúdame a volver a la habitación —dijo con un tono de provocación, extendiendo su brazo.

Lo tomé y lo ayudé a levantarse con cuidado. Sus movimientos eran torpes, y cada paso que daba parecía un pequeño desafío para él. Mientras lo guiaba de regreso a mi habitación, el silencio era denso, roto solo por el sonido de nuestros pasos en el suelo.

Al llegar a la habitación, lo coloqué cuidadosamente sobre la cama. Hunter se acomodó con un suspiro de alivio, y la tensión en su rostro parecía desvanecerse poco a poco.

—¿Tienes alguna idea de lo difícil que es lidiar contigo? —pregunté, mientras me sentaba en una silla cerca de mi cama, cruzando los brazos.

Él soltó una risa suave, con los ojos medio-cerrados mientras se relajaba aún más en la cama.

—Es parte de mi encanto —respondió con un tono relajado y divertido, aunque su voz delataba lo exhausto que estaba.

Miró a su alrededor y notó que yo me había sentado en una distancia considerable de la cama, obviamente manteniendo mi distancia. Suspiró levemente y me observó con ojos cansados pero perspicaces.

—¿Por qué tan lejos? —preguntó, su tono ligeramente quejumbroso.

—No estoy de humor para esto —respondí, sin mirarlo directamente—. Ya estoy aquí, ahora duérmete.

—No podré...

Suspiré, ya perdiendo la paciencia.

—¿Por Titán, y ahora qué? —pregunté, sintiendo que la situación se estaba volviendo absurda.

—Es que... no puedo dormir sin abrazar algo —admitió, con un tono que casi parecía de súplica.

Me quedé en silencio por un momento, intentando procesar su petición absurda.

—Tienes que estar bromeando —dije incrédula—. ¿Me vas a decir que el "gran Guardia Dorado" no puede dormir sin abrazar algo?

Él se encogió de hombros con indiferencia, aunque había una ligera vergüenza en su rostro.

𝐶𝑟𝑢𝑠ℎ // 𝐻𝑢𝑛𝑡𝑒𝑟 𝑥 𝐿𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎 [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora