☆𝑃𝑟𝑜𝑙𝑜𝑔𝑜☆

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Pov Hunter:

Era una sensación extraña no llevar puesta la armadura del Guardia Dorado. Rara vez me aventuraba sin ella, pero ese día decidí dejarla descansar en el castillo.

Paseaba por el bullicioso mercado, observando los diferentes puestos y a las personas que me rodeaban. Aunque podría haber empleado mi día libre de mil maneras, esta era mi forma preferida de relajarme: sumergiéndome en la vida cotidiana como una persona normal.

Alzando la vista por un momento hacia el cielo despejado, murmuré para mí mismo.

—Parece que hoy no llover...

De repente, un impacto violento me sacó de mi distracción, enviándome al suelo con un golpe sordo. Mientras intentaba recobrar el equilibrio, mi irritación se encendió como una llama dentro de mí. ¿Quién se atrevía a chocar conmigo de esa manera?

—¡Oye, qué demonios te pa...! —comencé a decir, pero fui interrumpido por una voz femenina.

—¡Oh, por Titán, lo siento mucho! ¿Estás bien? —me preguntó, mostrando una clara preocupación en su rostro.

Finalmente recuperé la compostura y observé detenidamente a la persona que me había chocado. Era una joven de mi edad, de un aspecto bastante atractivo, o por lo menos para mi gusto. Extendió su brazo hacia mí, ofreciéndome ayuda para levantarme del suelo.

—Ejem —carraspeé, aceptando su mano para ponerme en pie—. Estaba... a punto de preguntar lo mismo.

—¡Ay, no! —exclamó de repente, soltando un pequeño grito, y comenzó a correr sin previo aviso. Al no soltar mi mano, me vi obligado a seguirla a paso rápido, sin entender del todo lo que estaba sucediendo.

De repente, me vi arrastrado a toda velocidad hacia lo desconocido, con una completa extraña y tomados de las manos. Mi mente estaba demasiado aturdida por la situación para reaccionar adecuadamente, así que simplemente la seguí, sin hacer preguntas, hasta que finalmente se detuvo en un callejón estrecho y sombrío.

—¿Qué fue todo es- —intenté preguntar, pero fui interrumpido cuando ella me tapó la boca con su mano libre.

—Shhh —susurró, con una mirada urgente y un gesto enérgico.

La miré confundido, pero obedecí su gesto. Observé en silencio mientras varios guardias del aquelarre, mis propios compañeros, pasaban corriendo de largo por la calle principal, sin siquiera notar nuestra presencia en el callejón oscuro.

Cuando los guardias desaparecieron de vista, la chica finalmente retiró su mano de mi boca y soltó la mía, apoyándose aliviada contra una de las paredes del callejón. Sus ojos brillaban con un deje de emoción y alivio, pero también con una sombra de preocupación.

—Uff, eso estuvo cerca —suspiró la chica, todavía visiblemente afectada por la situación.

Aún en estado de shock y sin entender nada, intenté hablar.

—¡¿Qué demonios fue todo eso?! —pregunté desesperado, buscando una explicación.

—Oh, lamento haber chocado contigo —se disculpó ella, con una sonrisa nerviosa—. Y... lamento haberte arrastrado hasta aquí... y también lamento haberte tapado la boca, eso no estuvo bien —añadió, rascándose la nuca, tratando de aligerar la tensión—. Bueno, ya me disculpé, adiós —comenzó a dirigirse hacia la salida del callejón.

—¡Alto, alto, alto! —exclamé, agarrándola del brazo para detenerla—. ¿Por qué me trajiste hasta aquí? ¿Por qué te perseguían esos guardias? ¡¿Podrías explicarme qué está pasando?! —insistí, sintiendo que mi paciencia se agotaba rápidamente.

𝐶𝑟𝑢𝑠ℎ // 𝐻𝑢𝑛𝑡𝑒𝑟 𝑥 𝐿𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎 [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora