𝐶𝑟𝑢𝑠ℎ // 𝐻𝑢𝑛𝑡𝑒𝑟 𝑥 𝐿𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎 [PAUSADA TEMPORALMENTE]

☆𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 47☆

Pov _____:

—Este y sus costumbres —murmuré mientras me miraba al espejo, notando las marcas que tenía en mi cuello y en varias zonas de mi cuerpo.

Las marcas eran leves, pero evidentes, y no pude evitar soltar un suspiro mientras pasaba mis dedos sobre ellas. Las de mi clavícula eran las primeras que llamaban la atención, rojizas y bien definidas, luego habian en mi hombro, en mis pechos e incluso en mi cadera. Un pequeño recordatorio de lo que había sucedido, de cómo había terminado todo. 

Hunter y sus maneras... siempre tan intenso, tenía esa forma de dejar una huella, literal y figurativamente.

Me aparté un poco del espejo, observando cada marca, cada pequeño rastro que había dejado en mi piel. Y aunque una parte de mí se sentía ligeramente molesta, no podía negar la calidez que traía consigo el recuerdo del día anterior. Pero ahora, con él ya lejos, todo esto parecía más confuso.

—Siempre lo mismo —susurré mientras me apartaba el cabello para ver más claramente las huellas que él había dejado.

Era tan típico de él. Aparecer de repente, volcar todo sobre mí con esa intensidad que lo caracterizaba. Y aquí estaba yo, lidiando con las consecuencias físicas y emocionales de todo lo que había pasado.

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—¿Puedo sentarme? —escuché una voz que reconocí al instante.

Levanté la vista y efectivamente, era Emira. Sonrei y asentí rápidamente, sintiendo un alivio momentáneo al verla y al hecho de que me haya hablado depues de tanto tiempo.

—Sí, claro —respondí, intentando que mi tono sonara más alegre de lo que realmente me sentía.

Emira tomó asiento frente a mí, su expresión reflejaba un interés genuino. Había estado en mi mente últimamente, pero no había tenido el valor de buscarla luego de nuestra ultima charla. La tensión entre nosotras tras los recientes acontecimientos había dejado una sensación incómoda en el aire.

—¿Cómo has estado? —preguntó, inclinándose un poco hacia adelante. Su voz era suave y su tono, cálido, como si realmente se preocupase por la respuesta.

—Oh, ya sabes... —comencé, buscando las palabras adecuadas. La verdad era que me sentía un poco perdida, y cada día que pasaba se hacía más difícil. Pero no quería preocuparla. —He estado... ocupada. Solo intentando mantenerme al día con las clases y todo eso.

Emira frunció el ceño, claramente no convencida por mi respuesta. La conocía lo suficiente como para saber que podía leer entre líneas, y su mirada inquieta lo confirmaba.