☆𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 37☆

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Pov _____:

Comencé a entrar en pánico. Mi mente corría a mil por hora, tratando de juntar las piezas de lo que Edric había insinuado. ¿Lo que le dijeron? ¿A qué se refería con eso?

—¿A qué te refieres? —pregunté, mi voz temblando un poco mientras intentaba mantener la compostura.

Él se llevó una mano a la frente, claramente frustrado.

—_____ —dijo, su tono cargado de tensión—. Por favor, deja de hacer esto más difícil. Sé que algo pasó ayer, y no quiero que me mientas. Solo... dime la verdad.

Sentí cómo el peso de la culpa caía sobre mí. Sabía que lo que estaba por decir podría cambiarlo todo, pero no podía seguir huyendo de la realidad. Ed merecía la verdad, por dolorosa que fuera.

—Ed... yo... —empecé, pero las palabras se me atragantaron. Respiré hondo y lo intenté de nuevo—. No fue planeado, no fue...

—¿Fue con él, verdad? —me interrumpió, su voz apagada. Lo vi apretar los puños y desviar la mirada por un momento antes de volver a mirarme—. ¿Con el Guardia Dorado?

No pude negarlo. Sentí que las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos mientras asentía lentamente.

—Yo... Lo siento tanto —dije, con la voz quebrada—. No quería herirte, pero... 

Edric me miró, el dolor evidente en su rostro. Sus ojos brillaban con una mezcla de tristeza y decepción.

—¿Lo siento? —repitió, su voz rota—. ¿Eso es todo lo que tienes para decir?

Su expresión de decepción me desgarró por dentro. Sentí que el aire se me escapaba de los pulmones, como si cada palabra que intentaba pronunciar se quedara atorada en mi garganta.

—No... no quería herirte. Nunca quise que esto sucediera. Es solo que... Hunter... —intenté explicar, pero las palabras se me quedaron atrapadas en la garganta.

Ed dio un paso atrás, sacudiendo la cabeza lentamente.

—Hunter, claro. Siempre es él, ¿verdad? —dijo, su voz ahora cargada de amargura—. ¿Por qué no puedes simplemente admitir que nunca sentiste lo mismo por mí? Que todo esto, lo que hemos intentado... fue solo una mentira.

Negué rápidamente con la cabeza, mis lágrimas cayendo libremente ahora.

—¡No, Ed, nunca fue una mentira! ¡Te quiero muchísimo, de verdad!... pero... no de la manera en que debería. Yo pensé que tal vez, con el tiempo, las cosas cambiarían, pero ahora me doy cuenta de que he estado siendo injusta contigo y conmigo misma.

Él asintió, su expresión triste pero resignada.

—Supongo que ya lo sabía, en el fondo —dijo—. Solo quería aferrarme a la idea de que tal vez podríamos funcionar. Pero... no quiero ser el segundo lugar en tu corazón, _____.

Me quedé en silencio, sintiéndome completamente desmoronada. No sabía qué más decir, porque sabía que tenía razón. Sus palabras me hicieron sentir como si me estuvieran arrancando el corazón. Quería decirle que no era cierto, que lo quería, pero sabía que no sería la verdad completa.

Un silencio pesado se instaló entre nosotros. Edric se quedó allí, mirando al suelo, mientras yo sollozaba sin parar. Su dolor era palpable, y podía sentir cómo cada palabra que decía causaba más y más daño.

—¿Sabes qué es lo peor? —dijo finalmente, sin levantar la vista—. Que te vi como alguien con quien podía tener algo verdadero, y ahora me doy cuenta de que solo era un suplente mientras él estaba en el fondo de tu mente.

𝐶𝑟𝑢𝑠ℎ // 𝐻𝑢𝑛𝑡𝑒𝑟 𝑥 𝐿𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎 [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora