𝐶𝑟𝑢𝑠ℎ // 𝐻𝑢𝑛𝑡𝑒𝑟 𝑥 𝐿𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎 [PAUSADA TEMPORALMENTE]

☆𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 35☆

Pov _____:

—¿Q-Qué haces? ¡Suéltame! —dije, intentando zafarme.

Sin embargo, él no cesó. Salimos del gimnasio y comenzamos a caminar por los pasillos de la escuela, aún sin entender cuál era su plan. Finalmente, se dirigió a un aula vacía, entramos y cerró la puerta detrás de nosotros. Me giré para enfrentarlo, mi corazón latiendo rápidamente, una mezcla de sorpresa, confusión y un poco de enojo.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —exigí, mi voz resonando en el aula vacía mientras trataba de mantener la calma.

Hunter se quitó su máscara y me miró con una intensidad que hizo que mi enfado comenzara a desvanecerse, reemplazado por una curiosidad nerviosa.

De repente, él me acorraló contra la pared, sus manos firmemente apoyadas a ambos lados de mi cabeza. Su rostro se acercó tanto al mío que podía sentir su aliento cálido contra mi piel.

—¿Quieres saber qué estoy haciendo? —murmuró, su voz baja y cargada de emoción—. Estoy haciendo esto.

Antes de que pudiera procesar sus palabras, sus labios se encontraron con los míos en un beso profundo y apasionado. Al principio, me quedé inmóvil por la sorpresa, pero luego sentí una oleada de emociones que me empujaron a responder.

Mis manos se alzaron instintivamente hacia su pecho, no para empujarlo, sino para sentir su cercanía. Cuando finalmente nos separamos, nuestras respiraciones estaban entrecortadas y nuestros rostros a centímetros de distancia.

Pero a los segundos me di cuenta y lo aparté.

—¿Crees que puedes simplemente sacarme así del baile y hacer esto? —le espeté, con el corazón aún latiendo descontroladamente.

—¿Y por qué no? —respondió a la defensiva, cruzando los brazos de frente a su pecho.

—Porque así no es como funcionan las cosas. No puedes simplemente aparecer de la nada, arrastrarme a un salón vacío y esperar que todo sea como tú quieras —mi voz mantuvo un tono firme, expresando mi descontento.

—¿Y qué esperabas? —preguntó, agitando las manos en un gesto de frustración—. Estabas bailando y prácticamente coqueteando con Edric Blight frente a mis narices.

—¿Y qué si lo estaba? —dije con una sonrisa socarrona, cruzando los brazos delante de mi pecho—. ¿Celoso, Guardia Dorado? 

—Mucho —respondió sin titubear, con una intensidad que me dejó sin aliento.

De repente, se acercó a mí nuevamente, esta vez aún más cerca que antes. Su cuerpo estaba prácticamente presionado contra el mío y pude sentir la tensión en el aire entre nosotros. Su mano se elevó y me acarició la mejilla, sus dedos trazando un sendero suave hacia mi mentón.

—No sabes lo mucho que odio cuando él te habla —dijo, su voz baja y llena de una furia contenida—, cuando te toca, cuando siquiera está cerca de ti.

Sus palabras vibraban con una mezcla de celos y frustración. Sentí un cosquilleo en la espalda cuando su aliento cálido rozó mi cuello. 

—¿Y qué vas a hacer al respecto? —susurré, intentando actuar con indiferencia incluso cuando mi cuerpo reaccionó a su cercanía.

Su mano se deslizó hacia mi nuca, sosteniendo suavemente mi cabeza mientras sus ojos buscaban los míos. 

—Esto —respondió, con voz ronca. 

Antes de que pudiera reaccionar, su boca se posó en la mía otra vez, esta vez aún más desesperado y posesivo. Su cuerpo se hundió en el mío, aprisionándome contra la pared en un beso feroz.