Cuando nos volvemos a besar lo hacemos con ferocidad, aunque con torpeza. Creo que él está igual o más nervioso que yo, pero eso no le impide arrastrarme hasta la cama, con cuidado, siempre pendiente de que mi pierna no haga ningún movimiento raro. Agradezco que él se preocupe por mi lesión, porque ahora mismo yo soy un insensato, un kamikaze. No mido las consecuencias, voy a por todo.
Le recorro el torso con las manos, tiene la piel suave y está erizado. Cuando me dejo caer sobre el colchón suelto un suspiro. Él se queda unos segundos de pie, mirándome con media sonrisa. Tengo ahora la versión de la foto de la entrevista pero mejorada, porque es solo para mí y además está sonriendo, cosa que eleva su atractivo al mil millones. Al final me incorporo, apoyándome con los codos.
-¿Te vas a quedar ahí mucho rato más?
-Déjame reponerme un momento, ¿no? -su sonrisa no desaparece y yo lo imito.
-No, me parece que no.
Tiro de la goma de su pantalón, no es un gesto brusco, pero él obedece y se deja caer con cuidado sobre mí. Cuando lo tengo encima, sintiendo su peso pero sin aplastarme, no le doy paz. Vuelvo a atacar su boca, haciendo que nuestras lenguas se encuentren y tragándome el gemido grave que se le escapa. Todos sus sonidos son graves y parecen retumbarme en el pecho. Intenta quitarme la camiseta y nos hacemos un lío, porque estoy debajo y es un movimiento difícil de cojones.
-Tendría que habértela quitado de pie.
-No estás en tu momento más inteligente, Unai.
-No, al parecer no.
Los dos nos reímos mientras conseguimos que la prenda desaparezca y la lanzo por ahí, no sé dónde ni me importa. En cuanto mi piel queda expuesta su mano aterriza sobre ella, en mi estómago. Siento el calor que se expande por todas partes, sentir su contacto así, tan íntimo, es una experiencia religiosa, debe de parecerse por lo menos. Me besa las clavículas y la base del cuello, y a mí no me queda más remedio que echar la cabeza hacia atrás y cerrar los ojos. Siento que está explorándome, sin prisa y lo dejo hacer, porque ahora mismo me dejaría hacer todo.
Creo que me voy a volver loco, mis pensamientos empiezan a no tener sentido. Sobre todo cuando su boca vuelve a aterrizar sobre la mía y, con el movimiento, nuestras entrepiernas se encuentran por primera vez. Los dos llevamos pantalones de chándal y las prendas finas facilitan que lo sienta todo más. Suelto un siseo y él se separa de golpe. Está mirándome a la cara, como confundido o sorprendido, no lo sé.
-¿Estás bien?
-Sí... yo... sí. Espera, que tengo que comprobar una cosa.
No lo entiendo hasta que vuelve a repetir el movimiento y nuestras pollas se vuelven a encontrar a través de la tela. Yo gimo, porque esto me da un gusto que te cagas, pero él solo suelta el aire de golpe, mirando hacia el punto donde nuestras entrepiernas estan juntas. Lo repite dos, tres, cuatro veces sin perder de vista el punto de unión y yo creo que me voy a desmayar.
-Pedri... Esto me gusta, joder, me encanta -noto la sorpresa en su voz y trato de espabilarme para entender lo que ha sucedido.
-¿Creías que no iba a gustarte? -consigo formular la pregunta a duras penas, porque él no cesa en su empeño.
-No lo sabía, nunca he hecho algo así.
En contra de mi voluntad consigo que pare con el movimiento y le cojo la barbilla para que me mire a mí.-Nunca has estado con un hombre -no es una pregunta, es una afirmación. No sé cómo he sido tan estúpido como para no caer en ese pequeñísimo detalle antes.
-No, claro que no. Me siento un puto adolescente otra vez, siento que no sé ni por dónde empezar.
Trato de despejar mi mente y pensar con claridad. Tengo que hacer que esto sea una buena experiencia para él, y eso implica ir despacio.-Pues por el principio, Unai, por el principio. Aquí no va a pasar nada que no quieras que pase, nada que no te haga sentir tan jodidamente bien que no quieras parar. Voy a conseguirlo. Levántate.
Me mira confundido ante la orden, pero obedece y se pone de pie. Respiro profundo y me incorporo yo también, sentándome al borde de la cama. Normalmente preferiría otras posiciones, pero con la lesión esta es la única forma cómoda en la que puedo hacer lo que pretendo hacer.
-Acércate, aquí, delante de mí.
Cuando ya lo tengo a milímetros de mi le paso los labios por encima de la cinturilla del pantalón. Suave, solo un roce y sentir como aguanta la respiración me hace esbozar una sonrisa. Esto va a ir bien, lo presiento. Miro hacia arriba y parece concentrado, con los labios entreabiertos, expectante. Voy a hacer la actuación de mi vida.
-Ahora voy a bajarte los pantalones y voy a tocarte -se lo digo mirándole a los ojos, sin perder el contacto visual, aunque por dentro estoy ardiendo. - Necesito palabras, Unai. Si no te gusta, lo paras. Si no quieres seguir, lo paras. Si lo quieres de otra forma, lo dices. ¿Me has entendido?
Asiente y traga saliva tan fuerte que se le mueve la garganta. Aunque soy yo el que está por debajo de él, siento que tengo el control y me encanta. Cumplo mi promesa y le bajo los pantalones. Lo acaricio con cuidado y cada uno de sus gemidos se me mete dentro, muy dentro. No voy a ser capaz de olvidarlos nunca. Voy a soñar con ellos toda mi puta vida. De las manos paso a la boca y me esmero. Lo hago como sé que me gusta a mí, esperando que en algún momento sea él el que tome el control. Lo hace y marca el ritmo como lo quiere, dándome pequeñas instrucciones en voz baja que viajan directamente hacia mi polla. Creo que estoy disfrutando esto tanto como él. Creo que podría correrme así, sin más. Al final estalla y es glorioso, es una puta maravilla.
Me mira con una sonrisa resplandeciente y me doy una palmadita mental en la espalda por haber conseguido que después de correrse Unai me mire así. Se agacha y me besa, cogiéndome por la nuca y otra vez imponiendo esa posesividad. A pesar de que yo mismo estoy a punto de estallar, estoy más que dispuesto a dejarlo así, pero él me recuesta sobre la cama, otra vez lo tengo encima. Me pasa la mano suave por encima de mi entrepierna y suelto un siseo alto. Estoy jodidamente sensible.
-Unai... No hace falta - lo digo en voz baja porque creo que me estoy hasta mareando de sentir su contacto.
-Sí, quiero hacerlo. Enséñame.
Estoy soñando, ¿verdad? Esto es un puto sueño. Para comprobarlo le como la boca a lo loco, con dientes. Lo convierto en una lucha porque yo a este hombre quiero comérmelo entero y no dejar ni las migajas. Hago precisamente lo que me pide. Me bajo los pantalones y le doy instrucciones. Al menos, todas las que puedo, porque estoy perdiendo la poca cordura que tengo de normal. Es algo torpe, pero me parece mágico, insultante incluso que se sienta tan bien solo su mano sobre mi polla. Es una locura, todo esto lo es. Al final me corro sobre mi estómago. Pero a lo bestia, creo que como nunca. Cuando consigo abrir los ojos me mira con satisfacción, le veo el orgullo en los gestos y no puedo hacer otra cosa que reírme.
-¿Te sientes orgulloso?
-Ya lo creo, joder.
Se levanta y lo veo ir en silencio hacia el baño. Vuelve con una toalla pequeña y me limpia con cuidado. Solo el roce de la tela y sentirlo tan cerca hace que vuelva a ponerme cachondo, siento como me empalmo y al parecer, él también lo nota.
-¿Otra vez? ¿Ya?
-Tengo 21 años, chaval. ¿Qué esperabas? -lo suelto con chulería y a él se le escapa una carcajada, negando con la cabeza.
Pasamos la noche así, envueltos, dándonos placer con las manos, la boca, con nuestros cuerpos uno sobre el otro. A mí se me olvida todo. Que estoy en Alemania, que es mi compañero de equipo. Todo. Incluso que debe de haber al menos un vecino que puede que nos haya oído. Al final nos quedamos dormidos en algún momento y puedo jurar, por mi vida, que lo hago con una sonrisa.
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NOTA DE LA AUTORA
¡Hola! Antes de nada, infinitas gracias si has llegado hasta aquí, me hace muy feliz 🫶🏼
Esta escena, como todas las íntimas, ha sido hasta el momento la más difícil de escribir para mí, pero completamente necesaria a mi parecer para el desarrollo de la historia. La confianza, la torpeza del primer encuentro, las ganas... Así que espero que os haya gustado ☺️
Os espero en los siguientes capítulos, que aún nos quedan unos cuantos!!!!
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Revisa el VAR | Unai + Pedri
ФанфикTras su lesión durante la Eurocopa, Pedri se enfada con el mundo. El único al que deja pasar es a Unai, aunque puede que tenga motivos para hacerlo. ¿Sus labios sabrán a fuegos artificiales y petazetas? Puede que lo compruebe. Y si lo hace, puede q...