Capítulo 3 - ¿Me estás retando?

516 32 1
                                    




Empiezo a estar de mejor humor, aunque me estén dando una paliza de muerte los fisios. Las recuperaciones siempre son una mierda, pero por suerte en la selección hay los mejores equipos y saben bien lo que necesito. Eso no quita que preferiría estar en el campo con mis compañeros, preparándome para jugar contra Francia. Pero hoy no quiero dejar que los malos pensamientos se apoderen de mí, quiero transmitir buen rollo a la plantilla, porque todos se han preocupado mucho por mí los últimos dos días y quiero devolvérselo de alguna forma. Además, no veré el partido solo, estaré con Carva y Robin, y eso me consuela un poco.

-Ahora deberías ir a la piscina un rato, paséate por allí, sin mucha velocidad, te irá bien. -el fisio que me está atendiendo me sonríe y le devuelvo el gesto, afirmando con la cabeza.

En algún momento también tendré que visitar a nuestro psicólogo, Javier, pero todavía no me he hecho el ánimo. Me gusta porque nos deja nuestro espacio, espera a que estemos preparados para hablar de las cosas y no nos presiona, pero sé que me está esperando desde que salí del campo lesionado y tengo toda la intención de hablar con él. De verdad que sí. Voy sumido en mis pensamientos, de camino a buscar mi bañador, cuando oigo que me llaman. Me doy la vuelta y veo a Unai sonriéndome mientras sale también de la sala de fisios. Lleva una muñequera que me recuerda que él también está lesionado, aunque no lo parezca. Lleva tan estoicamente todos los partidos que es fácil olvidarse de que cuando volvamos lo van a tener que operar y que va a estar de baja todo el inicio de la temporada. Le sonrío y le espero mientras se acerca a mí.

-¿Cómo lo llevas? -le pregunto cuando ya está a mi altura.

-Bien, bien, la verdad es que bien, pero hoy no voy a poder entrenar. Mañana más. – levanta los hombros con un poco de resignación.

Cada vez me resulta más fácil hablar con él, sentirme cómodo en su presencia. Sigo sintiendo una atracción bestial por él, eso no ha desaparecido. Las ganas de colgarme de su cuello como si fuese un mono en la rama de un árbol son intensas. De descubrir a qué sabe y cómo se sentiría su peso sobre mí. De escuchar su voz ronca en mi oído. De ver su sonrisa a pesar de la oscuridad a centímetros de mi boca. Además, creo que él es receptivo, me mira mucho los labios y me ha estado buscando los últimos días. Yo no he propiciado nada, y eso es lo que más me gusta. Quiero tenerlo en mi cama antes de irnos de Alemania. Joder, Pedri, contrólate que estáis hablando de cosas serias.

-Es una putada, pero estás preparado para jugar contra Francia. Lo vas a bordar.

-Gracias, te echaré de menos en el campo. -me coloca la mano en el hombro y un chispazo me recorre el brazo. No ha dicho que el equipo me echará de menos en el campo, sino que él me echará de menos. Eso significa algo, ¿no?

-Voy a la piscina, a pasearme por allí como un abuelo. ¿Quieres venir? – de repente me he puesto nervioso y es lo mejor que se me ha ocurrido. Ahora temo que me diga que no o que lo encuentre raro. Porque puede ser raro.

-Claro, voy a buscar el bañador. ¿Nos vemos allí? -asiento y nos separamos, cada uno camino a buscar su bañador.

Unos minutos después ya estoy dando vueltas por la piscina, pero Unai todavía no ha llegado. Empiezo a pensar que no va a venir cuando aparece, ataviado con una camiseta blanca, un bañador verde y una toalla al hombro. Caigo en la cuenta de que yo no he cogido toalla, y estamos en Alemania, aquí no hace especialmente calor. Ya me las apañaré cuando llegue el momento. Ahora solo pienso en el instante en el que se saque la camiseta, es lo único que me importa. Lo he visto sin camiseta, claro, cien veces por lo menos. Puede que no tantas, pero un montón sí. Ya sé que lo que voy a ver me va a gustar, como todas las veces anteriores. Eso no quita que vaya a ser un gustazo, como todas las veces anteriores. Me sonríe y me pregunta si está muy fría, a lo que yo me río. Él es vasco y yo soy canario, estamos acostumbrados al agua fría.

Revisa el VAR | Unai + PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora