Extra IV - Toda mi puta vida

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Diez años después de la Eurocopa, agosto

Tegueste, Tenerife

Al fin estoy solo. Llevo horas rodeado de gente, haciéndome fotos, arreglándome y no puedo más. Necesito este momento de tranquilidad como el aire para respirar. Me miro en el espejo y me coloco bien la puta pajarita, que parece que me esté ahogando a cada segundo que pasa. No son dudas, sé que no son dudas. Es puro nervio y anticipación. Llevo esperando dos años para poder casarme con el hombre de mi vida. Más bien diez, aunque al principio no pensara demasiado en el matrimonio.

Al final tendré una boda sencilla e íntima. Hemos organizado todo en nuestra casa de Tegueste, que tiene un patio suficientemente grande como para acoger a los elegidos para compartir este momento con nosotros. Sé que ha quedado todo de puta madre, me he encargado de ello. Para sorpresa de todos, menos mía, me he puesto a los mandos de la organización de todo esto. Que Unai sea el responsable de la relación no significa que tenga buen gusto para escoger flores y manteles, no parece tan difícil de entender.

Me miro detenidamente el traje, que me queda como un puto guante. Normal, está hecho a medida, ya tendría cojones que no me quedase de vicio. Es el mismo que escogí hace dos años, cuando tuvimos que cancelarlo todo de golpe. Ya teníamos muchas cosas cerradas, y esa boda distaba mucho de lo que finalmente va a ser. Esa sí era a lo grande. Pero no me siento mal por no tenerla, gané muchísimo cancelándola.

El motivo por el que no tuve mi boda a lo Beckham escoge ese preciso instante para entrar corriendo en mi habitación. Lleva el pelo negro hecho un lío y el vestido blanco, medio arrugado. Viene gritando y ya con las manos en alto, preparada para que la cargue. Oigo los gritos de Miriam, la mujer de Gavi, que debe de estar persiguiendo a mi hija.

-Daddy!!! -se lanza en un salto y la cojo al vuelo. Es increíble que con poco más de dos años tenga esa agilidad.

Daniela llegó a nuestras vidas de golpe. Claro que poco antes del espectáculo que decidió dar Unai en su retirada ya habíamos hecho los trámites de adopción. Nos inscribimos también en las adopciones urgentes, y así fue. Un día no teníamos bebé, y al siguiente teníamos a una patata de seis meses llorando a todas horas. Fue una puta locura, a veces me pregunto cómo fuimos capaces de superarlo. Bueno, en realidad lo sé. Si no llega a ser porque Unai tiene la paciencia de un santo, no sé que habría sido de mí y de nuestra hija. Esta niña que si la llego a hacer yo no sé si se parecería tanto a mí. No solo físicamente, sino de carácter. Volvemos loco a Unai cada dos por tres. El otro día rompimos una de las ventanas de casa de un balonazo. Él insiste en que si la pelota la tiré yo, es culpa mía. Yo digo que si estábamos jugando ambos, Daniela también merecía castigo, no solo yo. Pero en fin, desde que llegó ella nunca me salgo con la mía.

-Amor, ¿qué haces aquí? -le paso la mano por el pelo, en un intento de arreglar lo imposible.

-No quiero con tita, quiero with you -eso de que me hija hable una especie de yanito por vivir con padres españoles e ir al colegio en inglés mejor lo dejamos para otro día.

-¡¡Dani!! Jo...lines, no me vuelvas a hacer esto -Miriam entra derrapando en la habitación, controlando el taco en el último minuto. Se me queda mirando y esboza una sonrisa que se me antoja maligna.- Madre mía, Pedri, qué buenorro estás. Déjame que te haga una foto para P.

P es la mejor amiga de Miriam, y parece que sean un pack indivisible. Al principio, cuando empezó con Gavi, hacían planes los tres juntos a todas horas. Creíamos que estaba con las dos, hasta que un día la conocí, hará unos cinco años, y me confesó que yo siempre había sido su primera opción y que si estaba pillado a ver qué cojones hacía ella ahora. Unos dos años después conoció a Héctor Fort y empezaron la relación más rara que he visto en mi vida. Ella dice que no son novios, porque es algo más mayor que él y no quiere comprometerse con un bizcochito. No quiere comprometerse, pero viven juntos desde hace al menos un año y hoy lo ha traído a la boda, para que no se quedase solito en Barcelona, dice.

Revisa el VAR | Unai + PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora