Capítulo 4 - Se me va la olla

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Después de ducharnos nos vemos en el vestíbulo del hotel. Yo me he puesto el chándal de la equipación, que al fin y al cabo es como vamos siempre por aquí. Él también lleva los pantalones del chándal, pero se ha puesto el polo que le queda de vicio. Se le ajusta en las partes correctas, dejando entrever su constitución fuerte y yo me derrito un poco, aunque siempre me parece que está guapo.

Vamos charlando tranquilamente hacia la sala donde van a hacerle la entrevista, y cuando llegamos me percato al instante de que va a ser mucho más seria de las que suelen hacerme a mí. Las mías son muy distendidas, con periodistas jóvenes normalmente y casi siempre grabadas en vídeo. Les gusta mi imagen y yo ya me he acostumbrado a ello. Pero en esta ocasión no, es para La Vanguardia, y el periodista se me presenta con mucha formalidad, como si no le sorprendiera demasiado que esté aquí. Al equipo de comunicación sí parece sorprenderle, porque me miran con curiosidad, pero yo los saludo como si nada y me siento algo apartado, para dejarles intimidad. Eso sí, me aseguro de tener a Unai de cara, no quiero perdérmelo en este ámbito.

Las primeras preguntas son las típicas, cómo está la selección, si duerme bien antes y después de los partidos, si disfruta jugando... Lo veo desenvolverse bien, sin enrollarse demasiado en las respuestas. Práctico, como me está demostrando que es en todos los aspectos de su vida. Es sencillo, con él parece que todo es blanco o negro porque no se complica con los grises. Y yo soy muy gris. Se le nota la profesionalidad y que el periodista lo respeta, eso me gusta mucho. Al final, mi nombre aparece entre las preguntas. Doy un pequeño respingo, aunque es lógico que le pregunten por mí. Me pongo alerta porque quiero escuchar bien su respuesta.

-¿Cómo ha encajado la familia la lesión de Pedri?

-Es una figura muy importante para nosotros, sobre todo fuera del campo -su respuesta es automática, sin dar lugar a dudas.- Nos transmite mucha alegría desde por la mañana, cuando muchos aún tenemos la almohada pegada Pedri ya está bromeando.

Él sabe bien que eso los últimos días no ha sido cierto, he estado de un humor de perros, pero me gusta que defienda así mi imagen, que no quiera preocupar a la afición.

-Pero ha debido ser un palo duro... -me contengo para no resoplar. Pues claro que lo ha sido, joder.

-Pues incluso cuando le dijeron que no podría volver a jugar estaba muy animado. Es algo que habla del tipo de persona que es y de lo que representa para el grupo. Mañana le queremos dedicar la victoria.

Me quedo estático, no muevo ni un músculo. ¿Me quieren dedicar la victoria? Lucho para que mis ojos no se humedezcan. Él no me mira, sigue adelante con la entrevista como si no hubiera soltado esa bomba conmigo delante. Lo envidio porque yo solo tengo ganas de abrazarlo, o de conectar nuestras miradas y transmitirle mi agradecimiento por telepatía. Mis amigos han hecho mucho por mí, siempre, pero Unai es el que me está levantando de este pozo y ni siquiera parece ser consciente. Yo lo estoy siendo ahora, cuando me doy cuenta de cómo me he sentido al escuchar sus palabras.

No soy muy consciente del resto de la entrevista, aunque sí noto que en mi cara se ha dibujado una sonrisa sutil permanente. Me siento feliz, después de días de desesperación en estos momentos estoy tranquilo, y es todo gracias a él. Cuando terminan, oigo que me llama y me acerco hasta la mesa donde está el periodista, que le enseña una pequeña tablet.

-Mira, a ver qué te parecen a ti las fotos que quieren poner en la entrevista -me coge del brazo, otra vez me recorre ese calambrazo que ya se siente casi familiar.

Me asomo y veo la primera, la que quieren poner de portada. Está serio, mirando a la cámara, con la chaqueta al hombro. Está... espectacular. La otra es una parada contra a Alemania, y la última él de lejos, sentado en un banco. Vuelvo a quedarme atascado en la primera porque es penetrante incluso. Te deja sin poder mirar hacia otro lado. A mí me llega a mirar así y me vuelvo majara, se me va la olla por completo, de verdad. Me reafirma en mi intención de querer hacerle todo, todo lo que se me ocurra y un poquito más.

Revisa el VAR | Unai + PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora