La presencia de Álvaro incomodaba enormemente a Ángel.
Nada más llegó, Álvaro comenzó a hablar hasta por los codos. Se presentó e instantáneamente procedió a contarle sobre la odisea que le había tocado vivir de camino al parque hundido.
Iniciando con la inesperada orden de Ariel, quien apenas lo vio llegar al bosque, en la zona que el Círculo conocía como la zona ''C', lo asignó como su compañero y con ello, le ordenó llegar cuanto antes al parque donde Ángel lo esperaba.
El morenito le contó sobre un niño de bicicleta naranja, el cual, se estaba volviendo su competencia en el trabajo que desempeñaba como recadero; ya qué él niño, al tener vehículo, ofrecía un servicio más rápido, pero sin duda, más torpe y atrabancado. Este niño, según le contó al taciturno Ángel, casi lo atropella de camino.
—¡Fue totalmente a propósito! De no ser porque debía llegar contigo, lo hubiese tumbado de su fea bicicleta y lo hubiera pateado — admitió, con impotencia el morenito.
También, le contó sobre una turista perdida que apenas lo vio, le dijo algo en inglés y huyó despavorida de él, mientras cubría con una de sus regordetas y blancas manos, su rosado rostro del inminente sol. Si bien, el morenito no entendió lo que le dijo, sin duda alguna, sonó bastante ofensivo para su persona.
—Sí, entiendo que no traigo mis mejores galas...pero siento que me trató de pordiosero o un ladrón — se quejó.
—Bueno, de ser así. Que grosero de su parte —comentó Ángel, fingiendo interés en lo que le decía.
Acostumbrado a analizar la vestimenta, el modo de hablar y actuar de las personas que conocía por primera vez; Ángel trataba de intuir el tipo de persona que era Álvaro. A quien estaba seguro de haber visto antes.
El morenito, era un niño más bajito que él y en menos de dos minutos, se enteró de que Álvaro era menor que él por unos meses.
La sonrisa abierta y brillante del moreno, lo descolocó por completo. Su voz chillona, de repente, soltaba algunos gallos entre sus alegatos, dignos de la edad y el cambio de voz.
Era bastante enérgico y casi tan escandaloso como Furcio. Llevaba el cabello algo largo, permitiendo que unos bucles de éste cayeran sobre su frente, gráciles y divertidos, como su portador.
Tenía un andar confiado y desenvuelto. Pero secretamente alerta. Notó esto último debido a que en el corto periodo de tiempo que llevaban caminando, Álvaro estaba al tanto de todo lo que sucedía a su alrededor.
A sus ojos, ese niño, era un diamante en bruto para el círculo. Poseía un aura pesada y su mirada, penetrante, vacía y negra, contrastaba bastante con la enorme sonrisa que llevaba dibujada en el rostro.
Además, era bastante amable, e iba por el mundo sin ganas de pelear o llamar torpemente la atención. Justo lo que el grupo necesitaba en esos momentos.
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No me olvides
Random🍀Alan es un niño problemático de escasos 13 años qué es obligado a ir a vivir una temporada a Montesinos, un pequeño pueblo remoto. Donde conocerá otro estilo de vida gracias a un jovencito marginado bastante peculiar, que le mostrará más que los m...