01 - Extra.

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Antes de leer, has de saber que este capítulo extra sucede antes de la aparición de Álvaro. 

Son capítulos extras, por lo que su contenido no cambia el flujo de la historia y son situaciones centradas más en lo cotidiano, con el fin de mostrarles algunos momentos que tuve que eliminar por el bien de la trama.

Esto es con el objetivo de que conozcan más de los personajes a un nivel algo superficial. Sus relaciones, comportamientos cotidianos fuera de la trama etc.

Sin más, los dejo con este capítulo tardío y express: Especial por el día de Muertos.

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Joel pedaleaba bajo la calidez de una mañana de otoño

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Joel pedaleaba bajo la calidez de una mañana de otoño.

Sintiendo el frío viento acariciar su rostro, trataba de ignorar el entumecimiento de sus manos desnudas sobre el manubrio de su bici, siendo presa de la gélida temporada invernal que se avecinaba de a poco.

Las ruedas de la bicicleta giraban con rapidez, haciendo sonar una tarjeta de naipes con el rey de corazones impreso en su faz.

La felicidad lo embargaba, mientras la aurora extendía sus purpúreos dedos amorosos por el azul del cielo esclarecido.

   —No entiendo cómo me convences de ir contigo tan temprano, debí bajarme cuando lo ofreciste— dijeron a sus espaldas.

El pecoso, de pie sobre los diablitos de la bici, se aferraba a sus hombros con ambas manos, tratando de no caer con la turbulencia de esas calles empedradas; adornadas con pequeñas hojas naranjas, dignas de la temporada.

El ambiente se sentía ligero y armonioso, elevado con la fragancia de la canela, el chocolate, y el pan de muerto recién horneado que se escapaba de la panadería local.

Ese mundo tan curioso y provocativo con sus delicias otoñales, generaban varias cosquillas en el estómago del pecoso, quien comenzaba a acostumbrarse a madrugar los fines de semana.

Desde su perspectiva, esa mañana del 2 de noviembre, estaba envuelta por un extraño velo de misticismo que calentaba su corazón con los cielos púrpuras que ofrecían esa mañana.

   —¿Hasta dónde iremos? —lo cuestionó el pecoso cuando percibió que abandonaban el pueblo de a poco y en el proceso, tomaban una vereda que no reconocía.

Varios minutos atrás, con el reloj marcando las 7:10, Joel lanzó algunas piedritas a su ventana, llamándolo en el proceso.

Cuando el pecoso despertó, el moreno le pidió que bajara rápido ya que necesitaba su ayuda urgente.

No me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora