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Este capitulo puede contener lenguaje, escenas, insinuaciones, o situaciones incomodas para cierto público. Además, los personajes mencionados aquí son totalmente ficticios, y cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia.**
—¡Ey, morro!Lo llamarón, haciendo que volviera sobre sus pasos. —Chompi, se me hace tarde ¿qué quieres ahora?
—Pues...ya te la sabes. ¿No tienes más talco? ¿Algo que traigas y te sobre?
—No...sabes bien que el pago es de a grapa. No tengo nada de sobra —Dijo, alternando su vista entre ese hombre y el camino que debía tomar—.¿Algo más? Me están esperando.
—¡Bah! ¡Enano mentiroso! ¡Sé que tienes hasta de sobra, pero no quieres mocharte! —Escupió con desdén, haciendo una grotesca mueca en la que mostraba sus únicos tres dientes existentes; amarillos y picados.
El Chompi era un hombre mayor, delgado, moreno y quemado por el sol. Con harapos por ropa y cabello canoso de color acero. Era uno de esos hombres a los que la sociedad rechazaba sin reparo alguno y al qué los niños temían. Incluso algunos padres aprovechaban la situación y educaban a sus hijos diciendo que el Chompi iría por ellos si no hacían sus deberes.
Sin embargo, para Álvaro, no era más que una presencia indeseablemente molesta. No había día o noche que no lo esperara en esa esquina apestosa donde la mayoría de vecinos acumulaban sus bolsas de basura durante días en lo que el camión recolector pasaba a recogerla. Siempre esperando qué Álvaro, le diera un poco de talco gratis.
—¡No soy mentiroso! —Mintió el morenito—. Y aunque lo fuera...sabes bien qué debo entregar cuentas a los de arriba. ¡No puedo ir regalándolo así como así! ¡Mejor consigue más dinero para la otra puntita! — Exclamó, tomando carrera mientras se acomodaba su mochila.
Las vacaciones Decembrinas ya habían comenzado. Cuando para todos sus compañeros era una época de descanso y felicidad, para el morenito, era una temporada algo ajetreada.
Mirando su reloj, hizo acopio de fuerzas y corrió colina arriba abandonando así su colonia. Escuchando el fluir del rio que durante la noche, había aumentado su tamaño debido a las lluvias. Al llegar arriba, debía ir derecho, siguiendo en todo tiempo el canal, si lo hacía así, no había pierde. El río siempre fungía de guía.
En su andar, fue dejando la fila de casas tras de sí, hasta qué la reja que impedía caer al rio, justo a su derecha, se llenaba de enredaderas y en algunos casos, flores, conforme avanzaba.
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No me olvides
Aléatoire🍀Alan es un niño problemático de escasos 13 años qué es obligado a ir a vivir una temporada a Montesinos, un pequeño pueblo remoto. Donde conocerá otro estilo de vida gracias a un jovencito marginado bastante peculiar, que le mostrará más que los m...