Liam.
Una estruendosa alarma me despierta y me despierta de muy mal humor. No me quiero mover pero siento movimiento cerca de mi cuerpo. Cuando abro los ojos puedo ver a una adormilada Emili apagar su alarma. Es ahí donde recuerdo que estoy en su habitación.
Lleva el mismo ajustado vestido que tenía anoche y me es inevitable pensar en lo sensual que se ve. Ella se levanta y se da la vuelta estirandose y es ahí cuando me ve.
—Soy una mala acompañante.— dice y sonríe. —Te llevo a distraerte y ni me acuerdo que pasó.— se ríe y comienza a caminar por la habitación.
—Ya te diré lo que hiciste.— Yo me siento en el borde de la cama. —En realidad yo fuí quién te llevó.— ella se voltea y me mira con cara de "no me digas". Le sonrío y me levanto. Estoy a punto de irme pero algo me detiene.
Sabes que no lo podrás hacer después... Sabes que debes alejarte de ella.
Me doy la vuelta hacia ella y la tomo por el cuello para besarla. Solo que no lo hago y solo me quedo mirando el color de sus ojos.
Es ahora o nunca Liam... Allá afuera te está esperando un futuro en el que ella no está incluida... Un futuro del cual ella no puede ser parte.
Sin pensarlo más uno nuestros labios en un suave beso. Me permito disfrutar de ella, no se cuando lo volveré hacer...
—Creo que deberías irte, alguien podría verte aquí.— dice Emili cortando el beso. La miro con pesar. No me quiero ir. No me quiero separar de ella. No la quiero dejar. No la quiero sacar de mi vida. No quiero perderla a ella también.
Pero sé que tengo que alejarme de ella. Por su bien y el mío...
Saben de esas veces en las que tienen que alejarse de alguien sabiendo que les hará bien pero de verdad no quieren.
Es egoísta y a la vez doloroso.
—Te quiero.
Emili.
Mi mente está más que confundida. Tengo las ideas mezcladas y de verdad no sé que estoy haciendo. Te quiero. Sus palabras resuenan en mi mente y solo me confundo más.
¿Me quiere?
Liam Jhonson... ¿Me quiere?
Intento consentrarme en lo que estoy haciendo. Ayer se integró más personal a la casa y hoy estamos preparando la misma para una fiesta. No se bien de qué trata, pero si sé que es una fiesta elegante.
El día lo paso entre organizar mesas, distribuir bebida en puntos estratégicos, contratar servicio de música clásica, comida, decoraciones. Etcétera. La noche llega más rápido de lo que me imagino y cuando me dirijo a mi habitación la señora María me detiene.
—Emili quiero que esta noche seas una invitada más, llevas solo meses trabajando aquí pero ya te considero parte de la familia.— me dice con una sonrisa tocándome el hombre. Solo le sonrío y sin decir nada voy a mi habitación para preparame.
Me doy una buena ducha refrescante y busco un vestido para ponerme. Decido por uno negro, ajustado completo al cuerpo y que llega hasta las rodillas. De cuello alto y mangas largas totalmente liso. Con unos tacos negros también y opto por dejar me cabello suelto.
Esta ropa no es mi estilo pero la noche lo amerita. La última tarea que tengo que hacer es resivir a los invitados y ya tengo mi lista en mano así que salgo a la entrada para comenzar.
Las primeras personas que veo son a la familia Rost y buscando sus nombres en la lista los dejo pasar luego se acerca un hombre alto y de buen cuerpo pero mayor, de unos 40 y tantos años.
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Mi negro Corazón.©[En Edición]
RomanceSi crees que un corazón dañado solo se puede arreglar con un corazón puro y bueno... Estás muy equivocado, porque mi corazón dañado lo arreglo un idiota; un tremendo idiota... Emili: toda su vida la hicieron sufrir por algo de lo cual ella ni siquie...