Capítulo 2 |El uniforme|

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—¡Espera!...— digo despertandome y sentándome en la cama al recordar las palabras de la señora Mery. —¿Ella dijo que tenía que llevar uniforme?— me pregunté a mi misma. —Mierda...— dije volviendo me acostar tapando mi cara con la almohada.

Escucho que tocan mi puerta y voy a ver quién es.

—Ho... La.— dijo Daniela mirandome de arriba abajo. —Ahh... Que cuerpazo te guardas.— dijo con una sonrisa, y yo como siempre la miré seria. —Bueno a lo que vine, mamá dice que por hoy solo tienes que preparar el desayuno. Entonces después de que te duches y prepares el desayuno nos vamos de ¡Shoping!— dijo lo último con gran entusiasmo. Y yo solo le asentí y cerré mi puerta para ir a ducharme.

Liam.

Después de darme una ducha decidí irme a la casa de Marco; mi mejor amigo. Él está pensando en dar una fiesta y obviamente no me la voy a perder. Ya en la universidad pienso en cómo vengarme de la sirvienta.

—Liam, necesito que lleves a Emili y Daniela a comprar sus uniformes. Las llevas las esperas y las traes, y en la noche las llevas a esa fiesta de Marco.— dijo mi madre interceptandome. Bufé pero es mi madre así que no me puedo negar.

—Debes esperarlas con tu auto en la entrada de la casa.— me dió un beso en la mejilla y bajó las escaleras.

—Genial... Un día completo con la sirvienta.— dije para mí mismo bajando las escaleras para esperarlas en mi auto. Ni siquiera tengo ganas de tomar un desayuno.

Unos 20 minutos después ambas entran a mi auto.

—No es que las soporte a ninguna de las dos...— Dije mirandolas. —Pero mamá dijo que las tengo que llevar...— dije contando con los dedos. —Esperarlas y llevarlas a la fiesta de Marco.— terminé de decir y encendí el auto.

Mi hermana asintió y Emili enarcó una ceja cruzandose de brazos. —¿Y para decir eso tienes que contar con los dedos?— dijo y sonrió de lado. —creo que te subestimé.— terminó de decir sin quitar su sonrisa.

Yo guardé silencio, ella tenía razón estaba actuando como un idiota pero claramente no se lo iba a demostrar así que también sonreí torcidamente.

Ella no sabe con quién se está metiendo...

Puse el auto en marcha. —No tengo tiempo para estúpidas fiestas.— dijo mirando sus manos.

—Es mejor así...— dije son quitar mi sonrisa dándola la vuelta para salir de mi casa. —No tengo que verte la cara.— terminé decir.

—Afortunado eres de hacerlo.— respondió ella con su sonrisita que me está comenzando a molestar.

Y es cierto soy afortunado.

Emili.

Llegamos un enorme Moll. Dónde Daniela me arrastró por muchas tiendas llenandole los brazos a su hermano de cosas que ella "necesitaba".

Hasta que llegamos a la última tienda. —Bueno aquí compraremos nuestros uniformes.— dijo Daniela mientras entrabamos.

Suspiré en alivio. —Por fin.— dije.

Nos paramos enfrente de un maniquí con un uniforme que de complementaba con:

Una mini falda de rayas a cuadro de color gris, blanco y negro...

Una camiseta blanca cuello con cuello de camisa...

Y uno zapatos con medias blancas hasta las rodillas...

Mi mandíbula se quiere caer. —¿Es un maldito colegio o una puta cárcel?— pregunté sin creerlo. Tanto Liam, como Daniela se burlaron ante mi expresión.

Mi negro Corazón.©[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora