Capítulo 11 |Mierda...|

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Sin saber que hacer bien, solo pongo mis manos contra la puerta, mi mente está como en un transe del que no estoy segura si quiero salir. En un arrebato y sin dejar mis labios, las manos de Liam se deslizan por mi cintura hasta llegar a mis caderas.

Y no se detiene hay, desliza sus manos como un animal hasta tener un agarre firme en mi culo.

Reacciona, niña, reacciona.

Me digo a mi misma intentando enfoncarme. Esta vez la del arrebato soy yo y empujo a Liam para que se aleje de mis labios. Aunque no con la suficiente fuerza cómo para que suelte mi trasero.

—¿Qué haces imbécil?— pregunto en un susurro con la respiración agitada y los nervios de punta. Cabe recalcar que la casa está llena de gente.

Liam me sonríe y aprieta mi trasero antes de pegar sus labios a mi cuello. Olvidando todo otra vez solo me enfoco en lo que está haciendo y lo mojada que ha de estar mi ropa interior. Como movimiento de reflejo levanto mis manos, que ya no estaban pegadas a la puerta, y las pongo en su cabello y su pecho.

Volviendo a recobrar el sentido, halo su cabello suavemente para despegarlo de mi cuello. —Liam la casa está llena de gente.— le digo soltando su cabello.

Deseo su boca en mi cuello una vez más, y tal vez más abajo, y más abajo...

Liam me mira con deseo, y no me puedo resistir a esa mirada. Vuelve a apretar mi trasero robándome un jadeo.

—También se que tus bragas están llenas de humedad.— su voz sale con uno tono más grave que hace que mi ropa interior se humedezca aún más. Vuelve a empujarme hasta que mi espalda vuelve a estar pegada a la pared, su erección en mi estómago y sus labios en los míos.

Oh Dios, esto va a volverme loca. Liam se separa de mi un momento dejándome con la respiración agitada. Se quita la camiseta que tenía y vuelve a posar sus manos en mi.

Doblando su cuerpo y bajando sus manos a mis muslos Liam me levanta y por instinto envuelvo mis piernas a su alrededor. Está vez se da la vuelta y terminamos en la cama sin despegar nuestros labios. Él encima de mí, clavando su erección esta vez a una mejor zona.

Vuelve a besar mi cuello y solo puedo jadear suavemente ante la exquisita sensación. Liam me quita la franela dejando mis senos al aire. Se aleja un poco de mí para verme como sí fuera una diosa.

Una vez que tuvo suficiente de mirar, y sin pensarlo dos veces, pegó su boca uno de mis pechos. Arqueo la espalda y suelto un suspiro de agonía ante la sensación, que aunque difícil de creer, es nueva para mí.

Con una de sus manos, toma mi otro seno y lo llena de una deliciosa atención, que envía señales directas a otra parte de mi cuerpo. Juega con ellos un rato, cambiando de uno al otro. Después sigue un camino de besos húmedos basta mi vientre.

—Tienes mucha ropa Emili.— gruñe poniendo sus manos en el pantalón para quitarmelo, una vez que lo logra mira con lujuria mis bragas de encaje. Suspira y cierra los ojos. Se desabrocha el pantalón mientras yo cómo puedo intento quitarme las bragas y abrir mis piernas. —Pensaba darte placer, pero no me aguanto.— termina de decir con voz grave.

Se posiciona en medio de mis piernas sin quitarse los pantalones y con desesperación se posiciona en mi entrada y cuando pienso que va a entrar en mi hace algo muy excitante. Toma su henorme amiguito y comienza a rozar salvajemente, estaevex si suelto un gemido.

Gemido que es ahogado, porque en el momento exacto en el que ese gemido salió de mis labios Liam se introdujo en mi con una sola estocada. Intento a acostumbrarme a él, pero no me da tiempo a nada y comienza a moverse encima de mí.

Mi negro Corazón.©[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora