THE GREAT WAR

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La relación entre Yoongi y Seokjin se construye con la fortaleza necesaria para sobreponerse a cualquier dificultad que se les presenta, logran hacerse tiempo para tener citas casi todos los días, Seokjin le regala a Yoongi un teléfono celular mejor del que ya posee para comunicarse al estar separados, por lo que forjan una unión más que estable.

La exploración de una sexualidad reprimida por los factores externos toma relevancia a medida que crean una confianza mutua mucho más grande. El bosque y sus enormes árboles son testigos de los besos apasionados que, la mayoría de las veces, van acompañadas de caricias furtivas por debajo de la ropa.

—Soy un hombre honorable, Yoongi —murmura Seokjin en una de las ocasiones en que llevan su pasión demasiado lejos, casi al punto de pasar el punto sin retorno—. No permitiré que hagamos esto en medio de la hierba, mereces lo mejor.

A pesar de su declaración, continúa acariciando el pecho expuesto del omega sonrojado que está demasiado perdido para responder, y besa esos labios rojos que lo tientan cada minuto del día.

Sin embargo, sus palabras son ciertas y está decidido a encontrar la forma correcta de sucumbir ante los deseos que lo carcomen por dentro, además, tiene el deseo de pasar tiempo con su novio a solas sin preocuparse por llegar tarde, disfrutar el momento; una tarea en extremo difícil por su situación.

Jungkook toma sus clases, va a sus entrenamientos, lleva a cabo todos los cursos que le imparten para ser un buen rey, y Seokjin debe estar detrás de él en todo momento incluso si no tiene ningún tipo de participación. Los minutos que pasa sentado observando lo que hace su hermano los ocupa para fantasear com el dueño de su corazón.

Logra idear un plan para llevar a cabo su misión. Elige la casita en la que fue exiliado cuando era un niño para llevar a Yoongi porque está lejos del distrito Jeon y no corren el riesgo de ser observados, puede rentar un auto, tiene dinero para darle mantenimiento al lugar, comprar comida y todo lo que considere necesario; el problema es que debe obtener permiso del rey para irse por varios días, lo que es el punto débil de toda su estrategia.

Dedica muchas horas al día en pensar una excusa que sea convincente, pero nada llega a su cabeza. Así que elige ser tan sincero como puede.

—¿Quieres una semana de vacaciones? —inquiere Ji-sub al ver el documento en sus manos.

—Sí, Majestad. Según la ley del trabajo es mi derecho como empleado tener cierta cantidad de vacaciones al año y, desde que se me contrató hace más de diez años, no se me ha hecho valer este derecho.

—Por supuesto, entiendo, el problema es que tú no eres legalmente un empleado —aclara.

—Pero llevo a cabo las tareas de uno.

—Y tienes privilegios que otros no.

—Lo sé, Majestad.

El rey debe reprimir una risa, no burlona, sino bastante divertida por la situación. Aunque pierde cualquier rastro de calma una vez que termina de leer el documento en el que se expresa que solicita permiso para abandonar el palacio.

—No puedes dejar a Jungkook —masculla—, y menos por tantos días. Debes estar a su lado una vez que regreses de la universidad y siempre que él lo requiera.

—Lo sé, Majestad, pero esta vez quisiera un poco de tiempo para... mí.

—¿Por qué?

—Sólo porque sí.

—Seokjin, si no eres sincero conmigo... —amenaza con una evidente molestia.

—No planeo hacer nada malo —declara entre dientes—. No cometeré traición.

THE SILENT TREE (KTH&JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora