SEIS

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Regresamos a la mansión, Mike estaba en la puerta del jardín como de costumbre y Sara estaba jugando con Balloon cerca de los arbustos. Al entrar a la recepción Elizabeth estaba tomando el té y boceteando algo en una libreta con total concentración, al escucharnos levantó su mirada y su expresión neutral cambió a una de horror, no necesariamente por nuestro estado, sino por por la manera en que habían terminado los trajes que nos hizo a Jeff y a mí. Alexis bos informo entonces el estado de Madame Rose, dijo había llegado a salvo a su casa, pero que al despertar decidió dirigirse hacia la mansión de forma casi que inmediata.

Cuando menos lo esperamos la puerta se abrió y apareció Mike seguido de Madame Rose, al verme ella se sorprendió, me preguntó qué hacía yo en la mansión y yo solo le respondí que era el paje de la misma, ella no lo sabía, así que le dije que era nuevo, todo con tal de evadir las preguntas. Ella miró a Jeff y se le acerco y lo acaricio como si fuera una madre que acababa de presenciar como su hijo volvia a casa luego de una golpiza.

—Mi querido primo, no deberías arriesgarte así, deja que los demás hagan el trabajo, pudiste haber acabado mucho peor.

Madame Rose tenía unos treinta años, pero aparentaba ser más joven por su modo de actuar y sus rasgos físicos; una piel casi perfecta, unos ojos grandes de color azul y un tocado elegante, no me habia parado a observarla con detenimiento, pero genuinamente parecia una muñeca. En eso, con el fuerte sonido de las pesuñas contra el suelo, Balloon entró en la estancia y Rose trato de alejarse de él rápidamente, esta comenzó a hiperventilarse y Jeff me dijo rápidamente que alejara a Balloon de donde estaba Madame Rose ya que ella era asmática y alérgica a los animales, así que tenía que tener especial cuidado con Balloon cuando ella estaba de visita. En contra de su voluntad, lo cargue de vuelta hasta el jardín y este me miró con sus típicos ojitos de cachorro, no me resistía a esos ojitos, pero tenía que dejarlo allí ya que a Madame Rose le afectaría y no quería que me culparan de eso. Me detuve un momento para contemplar el cielo, antes de todo esto era usual para mi estar al aire libre, aún no me acordaba demasiado a estar en un lugar. Que, aunque fuera grande, erellos continuaban hablando, Madame Rose tenía un aura extraña, ella era muy amable pero tenía un mal presentimiento desde que vi a Charles y creo que eso se le pegó a ella, ese tipo no la merece, pero yo no podía oponerme de todas maneras.
Cuando terminaron de hablar, ella se disponía a salir. Me despedí junto a Jeff y los demás de la mansión. Jeff se veía disgustado.

—¿Pasó algo? —le pregunté. Era su familia, así que me parecía extraño que estuviera molesto de verla.

—Rosetta y yo... Tenemos historia. La aprecio mucho y estoy feliz de que se preocupe por mí, pero ella es de las pocas personas que no logro entender, y realmente en el pasado no se ha comportado de la mejor manera para con nuestros demás familiares. La verdad es algo controladora, pero bueno, no se le puede pedir demasiado, ella es así, siempre ha sido así. Las personas no cambian con facilidad, solo podemos tolerarlas hasta que decidan mejorar por su cuenta. ¡Oh! Lo siento, de seguro te aburro con esta charla trivial, olvídalo, deberías ir a descansar, ha sido un largo día.

Entré en mi habitación y me quedé allí mirando el techo, me vestí y me fui a dormir, no sin antes ir por un vaso de agua. Al regresar a mi habitación encontré que Alexis estaba leyendo las cartas y mirando mis cosas, en eso, sentí un ataque de enojo, se las arrebaté y las volví a guardar.

—¡Oye! ¿No te enseñaron a no tocar las cosas de los demás? —grité enfadado.

—Quede dudando cuando usted se acercó al duque, quería saber el motivo de aquello, y ya entiendo. Está buscando a los responsables de destruir al circo, eso significa que incluso si usted camina hacia un lugar del cual no puede regresar, decide no revelar sus gritos de ayuda a otras personas, ¿eh?

El Chico del CircoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora