La noche aún era joven.
Eran las nueve y media, la sala de Jake y Heeseung contenía a los invitados. Las lámparas de luz negra hacían que los colores neón en las prendas de sus amigos brillaran increíblemente, porque la temática elegida fue esa misma.
Tonos neones.
Incluso Heeseung se dedicó a rayar las caras de los asistentes con una pintura especial que compró para esa noche, haciendo dos líneas a la altura de sus mejillas como si de militares se tratasen.
Había mucha decoración, desde globos colgando del techo, cortinas con tiras brillantes, un gran letrero de feliz cumpleaños al centro de la pared y un fondo para las fotos con el nombre del festejado en letras de globo; un montón de máscaras, gorros y antifaces para usar como complemento.
La barra de su cocina estaba llena de botellas, algunas cerradas, otras abiertas con más de la mitad del contenido porque la gente apenas comenzaba a ingerir bebidas. Botana en la mesa de centro, en la de su comedor y un espacio reservado para llevar a cabo los juegos clásicos más tarde.
Jake estaba contento, las cosas bajo control, organizadas, todos divirtiéndose y bailando, algunos tomando, fumando o charlando.
Sunoo tocó la puerta casi a las diez de la noche, recibió la dirección por mensaje y se le hizo tarde por ir a conseguirle un obsequio al pelirosa.
Esa noche eligió una playera lisa color blanca y encima se colocó una camisa rosa neón con manga corta que dejó desabotonada.
—¡Sun! ¡Pasa!—Jake aulló al verlo cuando por fin le abrió.— ¡Pensé que no venías!
—Perdón por el retraso, es que fui a comprarte esto—le mostró una bolsa de regalo con un moño color dorado.— ¡Feliz cumpleaños!
—¡Ah, muchas gracias!—agarró el presente con su mano izquierda y con la derecha prontamente le rodeó el cuello a su compañero, abrazándolo en agradecimiento.
—Espero te guste—correspondió su apapacho, estrujándolo con delicadeza.
—No sé qué es y ya le amo, en serio gracias—dijo y se hizo a un lado para darle acceso a su vivienda—pero pasa, ¡ojalá te la pases de maravilla!
—Eso te lo digo yo a ti concedió, feliz. ¿Y Jungwon? ¿Heeseung?
El ojimiel trató de acostumbrarse a la iluminación y sus labios se curvaron al ver sus prendas encenderse.
—¡Seungie debe estar en la música!—gritó para hacerse escuchar—. ¡Jungwon no vendrá!
—¿¡Por qué!?—sondeó en el mismo tono.
—No sé, se disculpo y me dijo que nos veíamos mañana—relató cerca de su oreja para que le escuchara—. ¡Pero me envió mi regalo!
Sunoo iba a preguntar que había sido pero no fue necesario, porque el mismo Jake se encargó de mostrarle una botella de tequila que estaba seguro no traía consigo cuando le recibió.
—¡Es el más caro!
—Lo he visto comentó alegre por la dicha de su amigo.
—¡Pasa y toma lo que quieras! La barra está allá, busca un lugar dónde sentarte. Hay botana, pizza en el refrigerador, refresco y todo eso le dio rápidamente las indicaciones, ya vengo, socializa, todos son geniales.
—Gracias, lo intentaré el menor sonrió efímeramente, antes de quedarse solo al inicio de la sala.
Se dio el tiempo de examinar el panorama, los sillones estaban arraigados en las paredes para dejar un área considerable al centro que servía como pista, dónde los cuerpos de varias parejas de baile se movían al compás mientras algunos compartían besos entre sí.
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Club Bengala || Sungsun
FanfictionSunoo disfrutaba de su empleo, realmente lo disfrutaba. Se esforzaba al máximo para mejorar cada día y sus compañeros lo trataban bien, brindándole la orientación que necesitaba. Menos Sunghoon. Ese chico maldito, con sus ojos color café y sus pómu...