capítulo 4

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-Becky: Creo que tengo un lado femenino, aunque no sé muy bien dónde -fingió buscar en el bolsillo interior de la cazadora y se encogió de hombros- esperemos que aparezca cuando lo necesite.

-Freen: ¿Y cuándo podrías necesitarlo?

-Becky: Cuando una mujer quiera saber lo que siento.

-Freen: Intentaré no ser indiscreta.

Freen sabía que becky no estaba bromeando a pesar de su simpatía, había cierto recelo en ella sus ojos penetrantes aunque amables parecían estar advirtiéndole que no se acercara demasiado.

-¿Y a qué te dedicas phi.? -le preguntó.

-Pues... soy escritora especializada en literatura técnica.

Al fin y al cabo, ése era uno de sus trabajos si le decía que acababan de
ofrecerle unaa columna sobre sexo y que en aquel momento estaba preparando su primer artículo, cambiaría todo el sabor del encuentro.

-Becky: Parece interesante.

Freen soltó una carcajada.

-Freen: Eres demasiado amable suena aburrido, pero a mí me fascina me encanta el desafío de convertir la jerga tecnológica en algo que pueda comprender la gente normal.

-Becky: En una ocasión tuve que montar un aparato de música estéreo cuentas con todo mi reconocimiento. ¿Has estudiado algo relacionado con la ingeniería?

-Freen: La verdad es que no, soy licenciada en filología, pero sé mucho de matemáticas y de ciencia.

Llegó la camarera con las bebidas y cuando se marchó becky alzó su copa para un brindis.

-Becky: Por las bebidas dulces y la conversación -dijo, estudiando a freen por encima del borde de su vaso.

Algo vibró en el interior de freen cruzó nerviosa las piernas al sentir un
inesperado calor entre ellas sólo estaban hablando de cócteles y escritura técnica
pero se sentía como si estuviera a punto de hacer algo emocionante elevó su copa y dijo.

-Freen: Por habernos conocido la una a la otra.

-Becky: ¿y por la posibilidad de poder llegar a algo más?

Sólo si ella se atrevía y si becky estaba interesada por supuesto.

La proporción de anís y chocolate de su bebida era exagerada y el efecto
resultaba repugnantemente dulce freen tachó inmediatamente aquel cóctel de su lista de posibles favoritos.

-Freen: ¿Y tú a qué te dedicas? ¿Y qué te ha traído por el Grins?

-Becky: Me alojo aquí, en el hotel.

-Freen: ¿De dónde eres?

-Becky: De San Francisco.

-Freen: ¿Y estás aquí por algún asunto de trabajo?

Becky asintió y sus ojos reflejaron cierto disgusto.

-Freen: ¿Y a qué te dedicas?

-Becky: Soy experta en transiciones empresariales me dedico a reorganizar empresas a asignar nuevos destinos a sus empleados y ese tipo de cosas.

-Freen: Parece mucho más interesante que dedicarse a escribir instrucciones.

-Becky: La verdad es que hoy no ha sido un día muy divertido de hecho, me he dejado caer por aquí para dejar de pensar en ello -alzó su copa a modo de prueba.

-Freen: Lo siento, no pretendía entrometerme en tu vida -prácticamente la estaba interrogando. Un segundo más, y habría terminado pidiéndole su número de la seguridad social y tomándole las huellas dactilares.

Mentiras y Algo MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora