Capítulo 23

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Algún tiempo después freen se incorporó bruscamente en la cama y corrió al baño, becky la siguió y le sujetó la frente mientras ella vomitaba. Después la ayudó a volver a la cama y la abrazó feliz de estar con ella sin sentirse culpable.

Freen no tardó en quedarse dormida, pero becky tenía demasiadas cosas en la
cabeza para hacerla comenzó a pensar en las tareas que tenía pendientes, como la de intentar localizar al tipo que había estafado a freen.

Había ido a Phoenix con intención
de atender algunos asuntos relacionados con la revista pero sobre todo para ponerse en contacto con los detectives que habían llevado el caso de freen.

Incapaz de dormir, alargó la mano hacia sus pantalones para mirar la hora en su
teléfono móvil eran las dos de la mañana y tenía un mensaje en el buzón de voz.

Se levantó sin despertar a freen y fue al cuarto de estar. F1 mensaje era de un detective de Miami y tenía buenas noticias para ella. Sen estaba en la cárcel del condado de Monroe y el detective le había organizado una visita para al día siguiente a través de su abogado.

La adrenalina corría por las venas de becky no podía perderse aquella oportunidad.

No tenía corazón para despertar a freen y tampoco estaba preparada para lo que
estaba haciendo, así que le escribió una nota, la dejó sobre la almohada y le dio un beso en la mejilla.

Los tres perros lo acompañaron a la puerta con los ojos resplandeciendo con un claro mensaje: «Será mejor que vuelvas»

Y becky pensaba hacerlo.

Cuando se despertó al día siguiente freen alargó la mano buscando a becky pero la cama estaba vacía. Se sentó bruscamente y mientras se llevaba la mano a la cabeza vio la nota que había dejado becky sobre la almohada.

Espero que no te hayas arrepentido, excepto del alcohol. Tómate dos aspirinas más y dúchate con agua fría, es lo mejor para la resaca. Tengo que marcharme.

Hablaremos cuando vuelva.

Becky

¿Se había marchado en medio de la noche? Por lo menos le había dejado un
número de teléfono. «Hablaremos».

¿Qué querría decir eso? No parecía propio de becky pero quizá ésa fuera la forma de actuar de becky.

¿Por qué se habría marchado? Y de pronto lo recordó. Cuando estaban haciendo el amor, le había dicho que la amaba y ese tipo de cosas espantaban a las personas como beck.

Le había prometido que acostarse con ella sería como tomarse el último bombón y después le había confesado su amor.

Dios. ¿Y si rebecca había hecho el amor con ella por compasión? Prácticamente se lo había suplicado. La idea le hizo dar un respingo. Por lo menos ya tenía un tema para su columna: diez cosas que jamás debe rían hacerse con un ex. La primera, acostarse con ella estando borracha. Gracias chakimha.

Intentó sonreír ante su propio ingenio, pero el gesto le dolía demasiado.

Una hora después, había conseguido ducharse con agua fría, como becky había sugerido y se había obligado a tomar una tostada y unté, arrastrándose llegó hasta su ordenador y se sentó frente a él presionando delicadamente las teclas, conectó el correo con la esperanza de que reavivara su productividad. Will le había reenviado una carta de una admiradora la abrió y leyó.

Chakimha:

¿Te acuerdas de mí? Te escribí después de que publicaras tu primer artículo
sobre sexo, agradeciéndote que me hubieras dado esperanzas, pues bien seguí tu consejo y accedí a salir con un hombre al que veo una vez al mes al ir a la tintorería.

Mentiras y Algo MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora