Capítulo 11

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-Becky: Lo estás haciendo muy bien, lo único que tienes que hacer es relajarte.

La acercó a sus pechos y le hizo alzar las manos para que giraran con las manos
unidas, después la acercó a si y se alejó de nuevo.

Freen rió y eso la hizo feliz becky le enseñó unos cuantos pasos más y al final de la canción, disfrutó viendo la expresión de sorpresa de freen.

La siguiente canción era lenta, así que la estrechó contra su pechos y la besó en el
cuello, deleitándose en el sabor salado de su piel y en la fragancia de su perfume, dulce y sabroso, como la mujer que lo llevaba.

-Freen: Tengo que reconocer que tu madre no perdió el tiempo en las clases de baile dale las gracias de mi parte.

-Becky: Lo haré -contestó sintiendo una punzada al pensar en ello.

-Freen: ¿He dicho algo malo? -preguntó advirtiendo su tensión.

-Becky: No, es sólo que mi madre y yo no hablamos mucho últimamente -la meció,
disfrutando al sentir el peso de su mano sobre la suya y el roce de su cuerpo.

-Freen: ¿De verdad? ¿Y tu padre? ¿Hablas más con él?

-Becky: Menos todavía, mis padres están divorciados.

-Freen: Lo siento, ¿y la ruptura ha sido reciente?

-Becky: Dios mío, no se divorciaron cuando yo estaba en la universidad hace ya quince años.

-Freen: Aun así, debe de ser muy duro -continuaron bailando en silencio durante varios segundos.

-Becky: Era algo que se veía venir -intentó cambiar de tema. La preocupación que reflejaban los ojos de freen la hacía sentirse incómoda -. ¿Y tus padres? ¿Están felizmente casados?

-Freen: No. Mi padre nos dejó hace veinte años, cuando yo sólo tenía siete.

-Becky: Eso sí que es duro -contestó deteniéndose para darle un beso en la frente.

-Freen: Terminamos acostumbrándonos -sonrió-. Al principio esperábamos que
apareciera algún día, cargado de regalos y contándonos que lo habían secuestrado o que había estado navegando en un barco mercante pero no mi madre cree que se sentía demasiado culpable.

-Becky: Mi padre nunca debería haberse casado no estaba preparado para el matrimonio mi madre solía decir que era un castillo al que le faltaba el puente sobre el foso para acceder a él. Por supuesto, el problema fue que mi madre esperaba demasiado de él.

-Freen: A mí me gustaría haber conocido a mi padre por suerte, mi hermano sólo tenía dos años cuando se fue, así que en realidad no lo ha echado mucho de menos. ¿Ves a tus padres a menudo?

-Becky: A veces, cuando estoy de vacaciones mi madre vive en Chicago y mi padre en Nueva York.

-Freen: Lo siento mi madre, mi hermano y yo estamos muy unidos -su mirada estaba cargada de compasión.

Aquella mujer había crecido sin padres y sin embargo parecía más preocupada
por su distanciamiento de la familia que por su propia pérdida era muy dulce por su parte aunque le estaba haciendo sentir un extraño nudo en la garganta.

-Becky: ¿Tu hermano vive con tu madre? -preguntó, intentando reorientar la
conversación.

-Freen: Sólo tiene veintidós años y le hace compañía a mi madre.

-Becky: ¿A qué se dedica?

-Freen: Ésa sí que es una pregunta interesante en realidad es inventor, pero se dedica a hacer trabajos mal remunerados, esperando que llegue el día en el que pueda vender algo es un hombre de grandes ideas -sonrió.

Mentiras y Algo MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora