8. Acciones y consecuencias.

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A veces no tomamos las mejores elecciones en un tiempo concreto estipulado. Y desde luego la inútil que tenía delante, no tomaba ninguna buena, desde hacía tiempo.

—¿Por qué siempre te crees con el derecho de tratarme como a una zorra? —La molesta voz de Ivy, a veces resultaba exasperante.

—Porque lo eres. —Sentencio. ¿Qué? No me juzguen, no la conocen bien.

—Que te jodan, imbécil, me largo de aquí.

—No deberías haber estado en primer lugar, y lo sabes. Él no te quiere cerca.

—¡Y una mierda! ¡NO SABES NADA, ABSOLUTAMENTE NADA, ASÍ QUE CÁLLATE LA GETA! —Su cara de enojo se veía roja, y a pesar de su evidente molestia, no me causaba ningún nerviosismo, era como una polilla molesta e insignificante, la cual podría aplastar sin esfuerzo, considerando el hecho de que está jugando con mi paciencia.

—No hay cabida en que pienses que no sé la mierda que pasó, que hiciste, y cuáles fueron las consecuencias, ya lo sabes.

—Te crees inmune, ¿cierto? Desde que pasó lo de esa zorra, crees que nadie podrá joderte de nuevo, que nadie podrá entrar de nuevo, y sin embargo mírate, casi dejas morir a tu mejor amigo por un coño.

—¿Celos? —Me burlo.

—¿Crees que sentiría celos de esa mosca muerta?

—¿De una mosca muerta, o de una mujer que puede decir libremente lo que piensa y estar cerca del hombre al que ama, sin joderle la vida a nadie mm? ¿de que sea mejor que tú? ¿de que esté cerca y sea el nuevo centro de atención, de quien consideras tu mundo, porque te ha sacado completamente de su órbita? —Me río secamente. —Realmente das más asco del que pensaba, Ivonne. La hubieras dejado morir, simplemente porque sabes que no eres competencia para ella, que no hay cabida para las dos si ella está presente, porque quedas totalmente eclipsada.

Su rostro no cambió, pero sus ojos, reflejaban todo el dolor que sentía ante mis palabras. Realmente no sentía lástima por ella, la había cagado lo suficientemente, como para que haya dejado de importarme su integridad o su estado de ánimo.

—Sé muy bien cuáles fueron mis errores, de nada vale arrepentirme, porque todo fue el fin de una causa, algo que tenía que ser así. Puede que sepas mucho, a tu parecer, pero realmente no sabes NADA, nada, de lo que realmente pasa. No tienes derecho a compararme con una aparecida, que evidentemente te tiene cogido por los huevos, porque ella y yo, somos muy diferentes. Y no te lo niego, a diferencia de ella, sí, sería capaz de matar a una amenaza. No sería la primera vez tampoco.

Entrecierro los ojos, sabiendo muy bien a lo que se refiere. —¿Crees realmente que aún tienes posibilidades?

—No me interesa si las tengo o no, es lo que aún no entendéis. Yo seguiré haciendo mi vida.

—Probablemente sí, a Drake parece gustarle cómo le comes la polla, al menos sirves para algo.

—Probablemente tanto como le encantaba follarse a... —La agarro del cuello, mirándola fijamente, mientras veo, como cierra la boca poco a poco, acallando sus malditas palabras.

—Creo haberte dicho muchas jodidas veces, lo que no se debe mencionar, ¿cierto? —ella asiente despacio, medio inmovilizada por mi mano en su cuello. —Bien, porque ya sabes las consecuencias para quien se va de la lengua. No eres tan bonita, Ivy, pero desde luego, quedarte sin esa jodida lengua tuya, te hará muy atractiva para muchos, así jodidamente no hablas. —Noto como traga despacio bajo mis dedos, y la suelto bruscamente, dejándola ir. —Lárgate, y encárgate de que los chicos se enteren de que Blass y Mía, están bien.

Chaos Monster.© #1 The Monster's Series (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora