#Mia
Dolía demasiado quedarse inerte en el pensamiento, así que tas regalarme minutos de más, en la bañera de la bestia, decidí que era tiempo de afrontar una realidad que me asustaba más que el hecho de, haber entregado una parte de mi, que jamás volverá.
Si hace unos años atrás me hubiera leído una gitana la mano o leído las cartas, diciéndome que perdería mi virginidad anal, antes de que me follen mi coño... Probablemente me hubiera reído en su cara. Para mi el sexo anal, no era una posibilidad.
Sin embargo, lo fue, aunque dolía, como si me estvieran clavando mil puñales... Cada caricia de sus dedos contra mi clítoris suprimía el dolor, desataba mi lujuria y desenfrenaba mi cordura en un éxtasis inexplicable, dando paso únicamente al placer que corrompió todo mi sentido común.
¿Quién lo culpaba ahora?
Aún resuenan mis propias súplicas en mis oídos, aún puedo escucharme a mi misma, clamando por su polla, como una furcia.
Como si fuera alguna de esas desesperadas que les mandan vídeos y piden que las follen.
Me comporté como una más y recibí el trato que todas reciben: indiferencia.
Ése era el resultado de dejarme llevar de esa manera.
Suspiré estirando mi cuerpo, dejando que mis huesos truenen, reconfortándome, en el agua aún tibia.
¿Cuánto tiempo había pasado siquiera?
Miré hacia abajo, observando como la espuma empezaba a desaparecer, dejando una vista casi al completo de mi cuerpo: mis piernas aún mantenían cicatrices marrones, de cada arañazo, los moretones, las marcas, aún hacian compañía a mi piel.
Seguí elevando la vista, hasta marcas más recientes, pero mucho más ardientes... Manos marcaban mis costados, sus dedos podían notarse aún siendo mi piel morena.
Era un salvaje.
El recuerdo desdibujado de su rostro vino a mi y tan rápido como se estaba volviendo nítido en mi mente, lo aparté.
Era mejor no pensar en él demasiado, era mejor tomar esto como lo que es: un error.
Fue un error de cálculo en mi plan, estaba débil, echémosle la culpa a mi ovulación, fuera como fuere, fue cosa de una vez, no más.
Me levanté como pude, apoyando mi peso en mis brazos todo lo que podía, mientras la punzada de dolor, recorría mii cuerpo al completo, recordándole a mi culo, por qué las puertas traseras deberían mantenerse cerradas.
Oh Dios.
Tras el tedioso ritual de secar mi cuerpo y tratar de adecentarme tras una toalla negra, que bien podía darme dos vueltas y usarse de túnica, pude salir "corriendo" a mi habitación.
Claro, si por correr se entiende tirar a regañadientes de tus pies, lo más rápido posiblle.Me acerqué a mi armario, nuevamente, ignorando la ropa tirada por mi habitación, incluyendo los jeans de Chris... ¿qué se habría puesto para irse?
No me da tiempo a llegar a mi armario, cuando la puerta se abre de repente, dejando ver a Drake, totalmente enojado.
Bueno, muero aquí.
Recuérdenme siempre: fecha de mi muerte: 31 de octubre, a las 03:01, según mi reloj.
Su rostro estaba totalmente golpeado aún, y aunque los tonos oscuros estaban empezando a aclararse, su aspecto no era mejor que hace una semana atrás.
Estaba sin camiseta, y la marca aún se veía en carne viva, pero estaba curando bien.
—¿Vas a seguir mirándome como un animal encarando a la muerte o vas a mover el culo? —Me saca de mis pensamientos y elevo mi mirada a sus ojos.
ESTÁS LEYENDO
Chaos Monster.© #1 The Monster's Series (Borrador)
RandomSerie "The Monster's" #1 Escorpión y Mía La lujuria infame me envolvió. Él me atrapó. Nunca quise cruzar el caos que es Escorpión y mucho menos verme envuelta en su mierda. Él rompió mi psiquis y mi voluntad para doblegarme, someterme, poseerme. Yo...