34. Tensión.

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Ayer tuve que hacer la cena

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Ayer tuve que hacer la cena... no estaba acostumbrada a cocinar para tantas personas, así que, casi todo me lo tuvo que indicar Blass.

Elliot se estuvo riendo de mi todo el rato y no había sido agradable... pero no me atreví a decirle nada, aún se veía bastante mal en la cena.

No conocía tanto a los chicos, de hecho, no habíamos fraternizado tanto, con el único que me había hablado más, había sido con Blass, los demás eran bastante cerrados.

Pero desde luego, Elliot siempre había parecido el más centrado de todos, a pesar de que el que mediara más siempre fuera Drake, que es a su vez el más destructivo.


No pensé jamás que estos hombres tuvieran debilidades, verlos vulnerables ante algo, era realmente surrealista, como si me estuvieran gastando una broma para burlarse de mi y atacar cuando menos me lo espere.

Aquí estaba el asunto... no había nada de fingido en el dolor de Elliot.

Se esforzaba por disimular su mirada totalmente rota, su preocupación incluso... pero miraba el móvil cada cinco minutos y sus gestos no ayudaban.

Conocía la sensación, había sentido lo mismo con Maya:

Frustración.

«Podrías alegrarte un poco por su desdicha, el chico es un imbécil abusivo.»

Ahí estaba la cosa, no me era agradable y tampoco me divertía el sufrimiento ajeno, aunque fuera de alguien quien había demostrado tanta hostilidad hacia mí.

Aunque lo cierto era... que Elliot nunca había sido malo conmigo, hasta la visita de Zendaya, donde me metí directamente con su hermana.

Antes no lo entendía, simplemente me dejé llevar por los celos, pero... esa chica había estado entre ellos por años, era imposible que no la consideraran parte de ellos. Y ellos siempre se protegían unos a otros, eran como una pequeña y jodida familia disfuncional completamente funcional.

¿Qué podía decir? Todo en ellos era tan complicado.

Ya estaba lista hacía rato, con mi uniforme completo y las armas que me habían sido entregadas.

Por la noche las guardaba en un baúl.

Blass me dijo que ahora eran mis hijas y que cada arma era parte de mi cuerpo, que debía asegurarme de siempre llevarlas conmigo y no dejarme amedrentar, siempre estar alerta y tener las manos cerca de las dagas y la Glock.

El entrenamiento con Escorpión había sido agotador, y no me refiero sólo a físicamente. Tenerlo tan cerca de mi cuerpo, sentir su calor contra el mío, la enorme protuberancia de su polla rozando directamente con la curva de mis nalgas, adentrándose entre ellas, creando escalofríos por todo mi cuerpo mientras la adrenalina corrió por todo mi sistema al disparar...

La humedad de mi entrepierna reaparece como si de nuevo sintiera su mirada sobre mi nuca.

Prefería cuando no sabía lo que se sentía estar con él.

Chaos Monster.© #1 The Monster's Series (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora