#NarraMía
Estaba volando como un colibrí, marcando mi propio destino, embelesada por la belleza de la libertad y el aroma de batir mis alas al mismo compás del viento, encauzada en el camino del peligro, creyendo, que nada podía alcanzarme ahora que, había decidido emprender vuelo en la travesía de mi propio descubrimiento.
Era una sensación parecida, a como cuando entras en esa edad, donde empiezas a ser consciente de que eres una persona y de algún modo estás caminando... Sin saber cómo aprendiste.
Yo estaba volando y me sentía cómoda con ello, sin haberlo hecho nunca, sin haber querido nunca salir más allá de lo que conocía.
Pero ahí afuera, fuera de los lugares que creemos seguros, fuera de nuestro entorno, hay peligros, miles de ellos y los depredadores son uno.Yo era un simple colibrí aprendiendo a volar, y mi depredador: un lobo experimentado en dar caza a criaturas desorientadas como yo.
Acabé en las garras de la bestia, siendo devorada por su influjo y las fauces de su agonía, su hambre voraz que me envolvió en el manto del encanto.
Lo pasional yendo de la mano de lo mundanamente carnal eran ya algo sublime para lo realmente obsceno de la situación.
Mi garganta había sido la orquesta sinfónica del erotismo, y mi cuerpo el instrumento usado por él; mí bestia.
Estaba navegando en un río de azufre, en una simple barca de madera, viendo desde mi dudosa posición, cómo mi pequeño mundo se tambaleaba a mis pies, mientras esto seguía su propio rumbo, camino a ser directamente presa de la esclavitud de un beso.
A pesar de mi impetuosa voluntad de ser más que sólo esto, que sólo la presa, su beso era como el dulce veneno que adormece el alma y los sentidos, que encandila la cordura y hace que la presa haga todo lo que él parásito desea.
Yo era un simple cuerpo, siendo guiado, era un simple amasijo de algo, siendo moldeada por sus manos paseando por todo mi cuerpo, dejando que sienta como sus toscas garras se apoderaban de mi.
Ni siquiera podía decir si había acabado ahí por aventurarme o por decisión propia.¿Una casualidad? ¿El destino?
Simplemente entre ser y no ser, yo prefería ser, y era sin duda, una pequeña e inocua niña, en las garras de la bestia.
Me había atrapado tanto, que ni siquiera me parecía vasta, la ferocidad del beso.
El frío del metal que decoraba su labio, hacia que incluso fuera embelesador aún más si cabía...
No se sentía tan sucio ahora, que mi boca podía sentir de cerca el sabor a él.
Fresco, varonil, mentolado también... Como mis mañanas de invierno.
¿Era así qué debía sentirse ésto? ¿Así era cómo se suponía que alguien debía besarte y robarte el alma en el proceso?
No sabía siquiera si los dementores tenían tal capacidad al lado de éste monstruo.
Pero sí sabía seguro que el vacío desolador que sentí cuando sus labios se separaron de los míos debía significar algo, al igual que mi errático corazón ahora.
Abrí los ojos batiendo mis pestañas, tan lentamente, como lo hace una mariposa al elevar sus alas por primera vez... Encontrándome de lleno, con aquel agujero negro que eran sus ojos, y que poco a poco me iban succionando en un abismo de realidad que no quería experimentar.
Quería seguir en mi mente, en este perfecto dialecto conmigo misma, donde no era él culpable por ser la bestia, ni yo debía sentirme tonta por ser la presa.
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Chaos Monster.© #1 The Monster's Series (Borrador)
De TodoSerie "The Monster's" #1 Escorpión y Mía La lujuria infame me envolvió. Él me atrapó. Nunca quise cruzar el caos que es Escorpión y mucho menos verme envuelta en su mierda. Él rompió mi psiquis y mi voluntad para doblegarme, someterme, poseerme. Yo...