Serie "The Monster's"
#1 Escorpión y Mía
La lujuria infame me envolvió. Él me atrapó.
Nunca quise cruzar el caos que es Escorpión y mucho menos verme envuelta en su mierda.
Él rompió mi psiquis y mi voluntad para doblegarme, someterme, poseerme.
Yo...
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Había intentado dormir todo lo que podía, pero, me había despertado varías veces durante la noche.
Todas provocadas por dolores, pero siempre con el mismo pensamiento doloroso al abrir los ojos.
Hería pensar en él.
Lastimaba su mirada fría, llena de rencor.
Él tenía razón, lo que quiera que pasó entre nosotros, sólo fue un rato y ya pasó ese rato, sólo fui un juego.
A estos hombres les gustaba jugar así con las mujeres, eran todos, la misma mierda.
De momento tendría que condenarme a hacer de tripas corazón y aguantar el golpe a regañadientes, con todo lo que tenía y más.
No iba a darme por vencida, de este entrenamiento dependía que fuera lo suficientemente fuerte para ir a por ella a donde estaba.
Eran las 4:00 a.m., así que me levanté y me preparé.
En el armario, había ropa dispuesta para mí.
Camisas básicas blancas de interior.
Pantalones cargo, con varios bolsillos, algo holgados... pero al ponérmelos descubrí que me apretaban demasiado el trasero, aunque eso no iba a importar ahora.
Botines militares casi idénticos a los de los chicos, sólo que estos eran negros y llevaban grabadas en el dorso de las botas... mis iniciales.
Había también otras cosas, pero de momento, no agarraría nada más.
Mis únicos aliados de momento, serían los sujetadores deportivos y las bragas de algodón al parecer.
Mirándome en el espejo, trencé mi cabello a la vez que me hacía un recogido por atrás, para que el cabello no fuera una molestia.
Me miré en el espejo y sólo pude verme reflejada, yo misma, yo, físicamente igual que siempre, pero totalmente distinta.
Esta vez, no iba a culpar a nadie del cambio, no iba a buscar intermediarios... esta era mi verdad, mi proceso, mi catarsis personal.
No había salido invicta de todo el cambio, de todo el proceso.
Podía mentirme, podía esconderme y seguir huyendo para esconder la cabeza bajo la tierra cual avestruz... pero el problema siempre seguiría estando.
No más.
Cuando volviera al Reino Unido esta sería la imagen que todos encontraran.
Puede que aparentemente igual, pero totalmente rota, totalmente diferente y totalmente dispuesta a no dejar que vuelvan a joderme de nuevo ni dejar que jodan con los míos.
Hoy empezaba esa nueva versión de mí.
Hoy iba a quererme un poco más y a mentirme un poco menos. Y esta vez, verdaderamente.
