12. El pasado vuelve y el presente duele.

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#NarraMía

El zumbido de mi móvil, fue lo que me hizo abrir los ojos, pestañeando, tratando de adaptarme a la luz que tenía sobre mi.

Los mantuve abiertos, absorta en las luces fluorescentes que estaban sobre mi, en el techo blanco pulcro, y perfectamente liso.

Mi primer instinto fue levantarme y pedir ayuda, pero mi cuerpo se sentía pesado aún, era extraño.

Sorprendentemente no grité, y tampoco tuve alguna reacción más que las alarmas de mi subconsciente aún adormilado, tratando de procesar los sucesos que pudieron desencadenar que me encontrara aquí.

Mi ataque de pánico, la salida, Christopher, y yo siendo expulsada por él, luego todo negro.

Exhalé una respiración profunda, mientras giraba mi cabeza hacia un lado, observando a Jhonas dormido en un sofá de cuero beige desgastado. Su cabeza estaba apoyada sobre uno de sus brazos, y estaba hecho un ovillo, ya que era evidente que era demasiado grande para el pequeño mueble casi decorativo.

Su pelo caía desordenado por su rostro, y se veía relajado durmiendo.

A diferencia de su hermano, Jhonas era un niño bonito, sabía dar sonrisas que parecían sinceras y hablarte de una manera tranquilizadora.

No quería despertarle, no quería molestar a nadie, pero necesitaba ir al baño, y no sabía si podría dar dos pasos en el suelo sin trastabillar con mi propio ser.

Temía que mi vejiga explotara en cualquier momento.

Como si hubiera oído mi súplica, una chica, vestida de enfermera, entró con la cabeza gacha centrada en unos papeles.

Lo único que podía apreciar era su hermoso cabello negro, y su piel oscura.

Cuando levantó el rostro y me vió despierta, una sonrisa blanca como perlas, le iluminó el rostro.

Era muy bonita.

—Que bueno verte despierta, cielo, yo soy Judith, y estoy a cargo de tu recuperación. —Iba a hablar pero la voz no quería salir. —Tranquila, bebe un poco de agua para lubricar tu garganta y boca y sentirás que todo vuelve a la normalidad. Te hemos hecho varias pruebas, y la mayoría de resultados, bien, pero, tienes indicios de anemia Mía, así que te estaré mandando tratamientos y una dieta más completa, para tu pronta recuperación.

Asentí.

Ella me sonrió y fue a por una jarra de agua que había en la mesita auxiliar, justo a mi derecha, echando un poco en un vaso que me tendió con suma amabilidad y lo tomé, bebiendo poco a poco.

La miré por largos segundos y cuando sentí que estaba un poco más aliviada hablé.

—¿Él me trajo? —Señalo con los ojos a Jhonas.

—No, lo hizo... Un chico más basto, de pelo oscuro, como sus ojos y su ropa. —La sonrisa a medias que dió, dejaba ver que no le había gustado el encuentro con Chris. No podía culparla, así era su presencia, demoledora.

Asentí comprensiva. —¿Podrías ayudarme a llegar al baño? Temo caerme de nuevo.

—Claro. No tengas prisa Mía, todo volverá a la normalidad en unas horas, pero no te sobreesfuerces, si quieres unos días de descanso de las clases, házmelo saber y te conseguiré el permiso.

Negué con la cabeza. —Ya tuve suficiente descanso con el accidente de la última vez... Me llevó bastante ponerme al día con las clases. Estaré bien, pero gracias Judith.

No era la misma mujer que me atendió en la ocasión que estuve aquí, y si estaba entonces, no la vi. Sus rasgos eran preciosos, parecía una pantera con sus afilados ojos color avellana, era salvaje a la par que bonita. No la hubiera olvidado de haberla visto antes.

Chaos Monster.© #1 The Monster's Series (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora