29. Fuego.

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#Escorpión

La decepción era una perra cruel que disfrutada despellejando tu mente y rasgando cada vez más tus propios límites, lijando tu propio método para mejorarlo de una manera en la que no volvieras a fallarte a ti mismo, nuevamente.

Fallé miserablemente al saltarme mis propios protocolos y dejar de serme fiel, por tratar de no ser la misma mierda de siempre con la chica, porque joder, había tenido que soportar suficiente mierda en su vida.

Cuando la investigué y me enteré de su mierda personal, una parte de mí, quiso apiadarse, quiso mostrarle una visión diferente, ofrecerle algo más, para que de una vez creciera y tuviera su propia perspectiva de la vida, no la que la habían obligado a tener.

Bueno, que se joda.

Primero se folla a otro en mi puta fiesta y luego me coqueteó en la escalera, ofreciéndose casi como una puta, sólo le había faltado sacar el jodido condón del bolsillo y decirme la cuota por hora.

No fue agradable ver cómo todos la estaban despellejando viva, incluso Ada, estaba callada ante las aplastantes palabras de Drake, era casi cómico ver a la peli-rosa sufriendo en silencio.

La chica estaba deseando poder defender a su amiga, pero sabía quién le tenía puesto el bozal y esperaba que no se arrepintiera más tarde, por cómo iban los tiros, no duraría mucho más.

Se estaban quedando sin material los unos con la otra, en fin, me parecía una escena patética, razón no le faltaba a ella, no era mi novia, sólo me ofreció el culo mientras suplicaba por más en un estado de ebriedad sexual.

Básicamente la había obligado a decir que era mía y yo mismo había optado por creerlo, así que, no había vuelta de hoja, ella podía darle sus huecos a quien quisiera, a no ser que me apeteciera que eso no suceda.

Escucho atento las palabras de Elliot y bueno, mierda, tuve suficiente del espectáculo aborréico que estaban dando.

—Suficiente. —Le advierto a Elliot, sin mirarle directamente, porque, a decir verdad, estaban todos dándome la espalda, a excepción de Mia.

Lo que me había permitido observar todas y cada una de sus reacciones, que habían sido todo un show digno de ver.

No estaba de humor y puse a todos en su lugar, al fin y al cabo, ellos habían elegido esta mierda, con su pútrida votación y ciertamente yo lo había permitido, así que pueden comerme los huevos y joderse todos, ella no se iba y menos ahora que pronto tendría que saber lo de Maya, quiera o no, tendría que llevarla, Mia era lo más cerca que estaría de encontrar a la chica.

Aunque me sabía a mierda tener que utilizarla para los juegos macabros de Gala, sabía que de cualquier modo accedería cuando la loca la llamara, para que dé su vida a cambio de la de Maya.

Y como buena idiota que a veces era, accedería sin pensárselo, porque pensará que es su culpa no haberse dado cuenta antes de que su hermana haya estado viviendo toda una serie de desafortunadas torturas.

No tiene ni idea que ni siquiera ella está a salvo de Gala, nadie estará a salvo de ella hasta que yo mismo acabe con la vida en sus desquiciados ojos, viendo cómo se apaga cada ápice de luz en ellos, hasta que se sumerja en la bruma de la muerte más dolorosa que alguien pueda experimentar.

—Me voy. —Realmente el cachorro abandonado sonaba convencida con su serenata de fémina sacando el pecho.

Me aborrecía su nefasta actuación de mujer superada que creía que podía engañar al mundo con su falsa confianza en sí misma.

Podía estar huyendo, pero, no engañaba a nadie en esta casa, sólo se iría de la Isla, y eso sólo le supondría ser una fugitiva en Inglaterra.

No pude evitar la media sonrisa divertida que se me dibujó.

Chaos Monster.© #1 The Monster's Series (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora