Polos Opuestos || Jenna Ortega x Fem.

Chapter 8 - Archienemiga.

Mientras la conversación en el comedor continuaba, Robert expresó un sentimiento profundo sobre el nacimiento de Pierce.

— Siento que mi vida comenzó cuando nació Pierce. — dijo con una sonrisa mientras miraba a su hija menor.

Charlie sintió un fuerte golpe en el estómago, y su mirada se desvió al suelo. Los demás miraron a la hija mayor, que mantenía una expresión perdida.

— Robert... — Elizabeth puso una mano sobre la de su esposo en un gesto de apoyo.

— Charlie... — Pierce se acercó preocupada.

La mayor levantó la vista y se encontró con la mirada incrédula de Jenna.

— ¿Estás bien? — preguntó Jade, notando que Charlie se había quedado inmóvil.

— Sí, estoy bien. Solo tengo una jaqueca horrible. — Charlie se levantó del asiento, apartando a Pierce con un gesto.

— ¿Necesitas una pastilla? — ofreció Natalie, con tono de preocupación.

— No, está bien. Solo necesito descansar. — Charlie quitó su plato de la mesa. — Nos vemos luego. Buenas noches. — Dijo con seriedad y se fue, seguida por Jade.

Jade alcanzó a Charlie en el pasillo, preocupada por su estado.

— Sé que no es solo una jaqueca. ¿Qué pasó? — preguntó, tomándola suavemente del brazo.

Charlie suspiró profundamente.

— Lo viste. No le importo en lo más mínimo. — giró para quedar frente a ella. — Siento que nunca podré estar a la altura de sus expectativas. Y luego escuchar lo que dijo sobre Pierce... — se detuvo, luchando por mantener su fachada dura. — Me hace sentir como si nunca fuera suficiente para él.

— Char... — Jade intentó consolarla, pero Charlie levantó la mano.

— Si no te importa, quiero estar sola unos minutos. — Charlie continuó su camino hacia su habitación.

Al llegar, entró y cerró la puerta, tratando de bloquear el mundo exterior. Se dejó caer en la cama, cerró los ojos y permitió que las lágrimas, que había estado conteniendo durante años de dolor y esfuerzo, finalmente fluyeran. La presión de ser perfecta en todo, el sentimiento constante de insuficiencia y el dolor de escuchar a su padre preferir a Pierce, la desmoronaban. Charlie sentía que, a pesar de todo lo que había hecho, nunca podría cumplir con las expectativas que su padre tenía para ella.

En el comedor, la tensión se palpaba en el aire. Robert miró a Jenna con determinación.

— Jenna, quiero que vayas con Charlie. — dijo con firmeza.

Jade y Jenna respondieron simultáneamente, sorprendidas.

— ¿Qué? — preguntaron a la vez.

— Lo que escuchaste. — Robert mantuvo su mirada en Jenna.

— ¿Por qué? — Jenna se mostró confusa.

— Si alguien puede calmarla, eres tú. Contigo, ella bajará la guardia. — Robert explicó, acercándose a Jenna.

— ¡Yo soy la novia! — Jade frunció el ceño, molesta.

— Con mi presencia solo se enojará más. — Jenna agregó, buscando entender la situación.

— Solo te pido una cosa. — Robert insistió.