Polos Opuestos || Jenna Ortega x Fem.

Chapter 18 - Entrando al vacio.

All llegar a donde se quedarían, el profesor detuvo a todos.

— Bien, chicos. La directora a cómodo a todos en parejas, así que si no les gusta con quien les toca. No es mi problema. — advierto el señor.

Comenzó a decir los nombres de todos. Charlie esperaba su turno.

— Charlie Pattinson y..... — hizo una pausa, todos miraron a la chica, la cual tenía sus dedos en su boca, intrigada. — Jenna Ortega.

— ¡Genial, lo que necesitaba! — alzó el ceño, notablemente enojada.

— No fue mi decisión, Charlie. — el profesor de defendió.

Jenna y Charlie cruzaron miradas. Mientras el profesor seguida diciendo nombres.

Ambas chicas se mantuvieron en silencio, intercambiando miradas de desdén. La tensión entre ellas era palpable mientras el resto del grupo se acomodaba en sus respectivas parejas. Jenna trató de no dejarse afectar por el comentario de Charlie, aunque sentía un nudo en el estómago.

— Bueno, supongo que esto es lo que hay. — Jenna finalmente dijo, tratando de mantener la calma.

Charlie simplemente resopló, sin ofrecer respuesta.

El profesor comenzó a meter a sus alumnos a las habitaciones.

— Suerte. — dijo Lily cuando fue el turno de Charlie.

Charlie y Jenna se quedaron en la entrada, mirando la cama doble en la habitación compartida, ambas sintiendo el peso de la situación. Charlie, con una expresión de disgusto, miró alrededor de la pequeña habitación mientras Jenna trataba de mantener la compostura, aunque sus labios estaban apretados por la frustración.

— Debe ser una broma. — dijo Charlie, su voz cargada de incomodidad.

— Esto no puede empeorar... — respondió Jenna, sintiendo cómo la tensión aumentaba con cada segundo que pasaba en la habitación.

La puerta se cerró de golpe, dejándolas solas con el inesperado desafío de convivir en el mismo espacio. Ambas sabían que tendrían que encontrar una manera de sobrellevar la situación, pero el aire estaba cargado de una palpable incomodidad.

Desde el punto de vista de Charlie, la situación se sentía como una cruel broma del destino. La idea de tener que compartir una habitación con Jenna Ortega, a quien había hecho la vida imposible durante tanto tiempo, era un golpe bajo. A pesar de su exterior desafiante, Charlie sentía una oleada de frustración y nerviosismo. La pequeña habitación estaba cargada de tensión y un silencio incómodo se estableció entre ambas.

Charlie intentó disimular su malestar, pero sus movimientos eran torpes y su actitud hostil. Caminó hacía la ventana y se apoyó contra el marco, mirando hacía el exterior, tratando de calmarse. La situación la hacía sentir atrapada entre sus emociones contradictorias; por un lado, su orgullo y resentimiento, y por otro, la creciente sensación de culpa por cómo había tratado a Jenna.

Se dio cuenta de que Jenna también estaba incómoda, pero parecía estar intentando mantenerse calmada, lo cual irritaba aún más a Charlie. La idea de tener que convivir con ella durante las próximas dos semanas, sin poder evitarla ni ignorarla, la llenaba de inquietud. Además, Charlie sabía que este tiempo compartido podría ser una oportunidad para enfrentar y resolver algunos de los conflictos que había estado evadiendo.

— Bueno, supongo que deberíamos hacer esto lo más tolerable posible. — dijo Charlie, intentando romper el silencio y tomar el control de la situación. — Solo que no esperes que sea amable o que nos llevemos bien.