I. El reino de los caídos

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Zadkion comenzó a abrir lentamente sus ojos unas horas después de su colapso, el aire que lo rodeaba era denso y pesado, y la oscuridad envolvía todo a su alrededor. Zadkion abrió los ojos lentamente, sintiendo una mezcla de dolor y confusión. No reconocía el lugar donde se encontraba. La habitación era lúgubre, con paredes cubiertas de papel tapiz ennegrecido y una atmósfera opresiva que parecía absorber toda la luz.

Mientras sus ojos se acostumbraban a la penumbra, Zadkion notó una figura en una esquina de la habitación, observándolo con atención. Era un hombre de apariencia sombría, con una mirada penetrante y una presencia que exudaba poder y peligro. Zadkion intentó incorporarse, pero un dolor agudo en su espalda lo detuvo. Extendió una mano temblorosa hacia su espalda y recordó, con horror, que sus alas habían sido cortadas. Donde antes había plumas blancas y puras, ahora solo quedaban muñones ensangrentados.

¿Quién eres? —preguntó Zadkion, su voz débil pero llena de cautela, no sabía ante quien se encontraba.

La figura en la esquina suspiro levantándose dio un paso adelante, revelando su rostro. Tenía una belleza oscura, casi hipnótica, y sus ojos brillaban con una intensidad maligna.

Soy Heeseung —respondió el hombre con una sonrisa torcida—. Un ángel caído, al igual que tú. Pero a diferencia de ti, ya no soy considerado un ángel. Soy un demonio.

Zadkion se estremeció ante la palabra "demonio". Había oído historias sobre los ángeles caídos que se convertían en demonios, seres corruptos y llenos de maldad, pero nunca pensó que él mismo terminaría en una situación así.

¿Qué ha pasado? —preguntó Zadkion, tratando de entender cómo había llegado a este lugar.

Heeseung se acercó más, sus pasos resonando en la habitación silenciosa.

Has sido expulsado del Cielo, Zadkion. Has perdido tus alas, y ahora estás aquí, en el Reino de los Caídos. ¿No lo recuerdas?

¿Reino de los caídos? Yo estoy desterrado a la Tierra – Confundido pregunto irguiéndose un poco aun acostado recargándose cuidadosamente sobre el respaldo de la cama.

Zadkion sintió una oleada de desesperación. El Cielo había sido su hogar, un lugar de paz y armonía. ¿Cómo había llegado a este punto?

La Tierra, el reino de los caídos no hay diferencia – Dijo sin gracia levantando sus hombros con desinterés.

Entonces ¿Estoy en la Tierra? – pregunto aun sin comprender totalmente.

¡Vaya! Sigues teniendo tu angelical inocencia – exclamo el demonio saliendo aun mas de las penumbras de la habitación acompañado de su risa.

Zadkion vio como detrás del contrario sobresalían unas grandes alas como la de los ángeles, pero negras, "Son hermosas" pensó y casi al instante se auto reprendió por pensar que las características demoniacas son hermosas.

¿Cómo es que tienes alas? – la pregunta salió sola de su boca – No, lo siento no debes decirme, lo siento – se disculpo inmediatamente al escuchar su propia pregunta.

¿Estas? Son el resultado de la conversión de ángel caído a demonio – contesto a su impertinente pregunta llegando al borde de la cama donde descansaba - ¿Por qué quieres tener unas iguales? Veo que las tuyas ya no están – pregunto y señalo burlón.

Zadkion automáticamente se tocó el resto de sus alas que permanecía en su espalda acompañado de una sensación de dolor que no había sentido jamás que logro sacarle un gemido por lo fuerte que se sentía.

Eso se llama dolor, pero deduzco que lo sentiste cuando te cortaron las alas – dijo el demonio dándole la vuelta a la cama para quedar cerca del contrario – veo que lo hicieron más brusco de lo que lo hacen regularmente ¿Si gustas podría quitarte lo que resta de tus alas? para que sane correctamente – comento dejando de lado el tono de burla de hace unos segundos.

Ángel caído HeeHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora