42. Una muñeca

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Desde que fue traicionada por el pueblo y perdió a su hermana, Ei se había vuelto sumamente desconfiada, al punto de crear un dominio dentro de su único familiar, Yae Miko, para guardar lo que creía importante.

Ei solía meterse al plano de Eutimia para hablar a solas con Makoto cuando se sentía fuera de lugar. Su hermana era su lugar seguro.

Cuando Kokomi aparecío, Ei la había subestimado hasta que estuvo frente a la mirada de un auténtico dragón y tuvo que condenar a su hermana a la soledad y crear a Mao. Por ningún motivo Ei aceptaría ser vencida por Kokomi.

El plano de Eutimia no solo servía de resguardo y lugar seguro de Ei, también era una parte crucial de Ei, colo si fuera una conexión con su alma contenía recuerdos de Ei.

"Es probable que el plan de Ei no fuera dejarte todo a ti"

Aunque Ei estaba muerta y era una cabeza hueca, los años de ser un espíritu resentido y una diosa le enseñaron a planear mejor sus acciones. Finalmente, Ei se había vuelto alguien que pensaba sus siguientes siete pasos antes de dar el primero.

"¿Que quieres decir?"

Mao ya intuía de que se trataba pero de todas formas preguntó.

"Ei quería regresar mediante ti"

Makoto levantó la mano y una luciernaga con una luz lila brillaba en su palma. Era una parte del alma de Ei.

El plan de Ei era que Mao se fortaleciera, recuperará a Miko y luego se entregara a Makoto para que Ei volviera en el cuerpo de Mao.

"No voy a obligarte a nada"

Makoto no tenía una buena expresión en su rostro pero trataba de ocultarlo.

Mao dió un pasó atrás. Asustado. Su mente rápidamente procesando la información.

Ei quería utilizarlo, a su propia creación, a su hijo. Nunca quiso que Mao existiera para cubrirla, siempre fue solo una carta para volver ¿De verdad creía que Mao iba a entregarse así como así? Pensándolo, es probable que el Mao del pasado se hubiera entregado sin pensarlo mucho porque era el deseo de su madre, su creadora pero el Mao de ahora solo podía sentir el sudor frío que bajaba por su espalda tras esta revelación.

Fue planeado. Pero no para vivir. Él solo era un objeto para Ei.

Por eso tiene alguno de sus recuerdos.

Espera.

¿Por eso los demás dioses lo ayudaron? Ellos sabían poco o nada sobre Kokomi pero podían comunicarse unos a otros por la gnosis.

¿Era todo un complot desde el mismísimo cielo?

Mao no sabía cómo sentirse pero quería salir de allí, ahora. Por ningún motivo iba a cumplir el último deseo de su madre. No iba a darle su cuerpo, no a alguien que no conoce, no iba a abandonar todo por lo que lucho, lo que tanto le costó.

Fue entonces cuando lo entendió. Este pensamiento era el mismo que el de su madre. Pero entonces, por qué utilizarlo así? ¿No había otra manera? Podía simpatizar con ella pero era amargo pensar que su madre nunca lo vió como su heredero. Sintió que vivió engañado toda su vida.

Fijó su mirada en Makoto.

"¿Cómo salgo de aquí?"

Makoto suspiró.

"Nunca pensé que el plan de Ei tendría éxito por lo desalmado que era crear una vida solo para utilizarla y luego descartarla"

En los ojos de Mao cruzó la angustia y la decepción pero rápidamente fueron reemplazadas por determinación.

"Si ya sabes que no tendrá éxito, déjame salir de aquí"

Mao tenía alguien que lo esperaba y que probablemente estaba preocupado. Por él, por Mao, no como su madre que solo lo veía como un paso a lo que quería.

"Pero, no puedo dejarte ir"

Por las mejillas de Makoto comenzaron a rodar lágrimas. Bajó la mirada y escondió su rostro.

"Yo no controlo este lugar... Solo Ei puede sacarte de aquí"

"No voy a traerla de nuevo, ella ya murió"

"No, lo que quiero decir es que no sé como salir de aquí"

"Durante décadas estuve tratando de escapar pero sigo aquí encerrada y a menos que Ei vuelva creo que no podemos salir"

¿Osea que Ei los confinó aquí? ¿Era esta su forma de obligarlo a cumplir con su propósito?

No, tiene que haber otra manera.

"¿Ella solo dejó un fragmento de su alma?"

Mao pensó. Es probable que su alma no solo contenga los recuerdos de Ei, quizá también contenga algo de su poder. Quizá Makoto no podía usarlo por ser solo un alma y no tener un cuerpo físico pero Mao era distinto, lo quiera o no, era hijo de Ei. El poder de Ei también era el suyo.

"¿Que piensas hacer?"

Makoto secó sus lágrimas. Mao podía entender por qué ella lloraba, tantos años encerrada, sola debieron marcarla. Mao también estuvo solo por años cuando era Kuni y ni hablar de Scaramouche. Momentáneamente se sintió mal por esta tía que fue confinada por su madre. Cada vez su impresión de Ei era peor.

¿Por qué encerrar a otra persona? ¿Qué era? ¿Una niña pequeña que guarda un juguete?

De repente Mao tuvo una idea. Eso es. Un juguete.

Quizá podría crear una marioneta en donde poner el fragmento de alma de Ei. Si lo hacía con Imaginación podría funcionar.

¿Pero funcionaria Imaginación aquí?

No perdía nada intentándolo.

Mao recitó el voz baja y se concentró en lo que quería.

"Una muñeca..."

Fue lo único que Makoto lo escuchó decir. Ella levantó la vista que había apartado antes por vergüenza a ver cara a cara a su sobrino y vió como rayos de luz dorada salían de alguna parte y flotaban desde Mao hacia el árbol de cerezo que tenía detrás.

Imaginación era un poder verdaderamente poderoso.

Cómo único material en ese lugar, para facilitar su creación, Mao planeaba reciclar la madera del árbol de cerezo y sus incontables hojas para crear una muñeca capaz de resistir el fragmento de alma de la diosa.

Si este lugar era creado por la diosa, entonces todo dentro excepto Makoto era creación de la diosa, por lo tanto, todo era compatible para mantener el alma y poder de Ei.

Pronto, una muñeca del tamaño de una persona real se materializó a la vez que el árbol de cerezo desapareció. Las miles de flores de cerezo rodearon la marioneta y se fusionaron con ella, volviéndose una prenda de vestir.

Cuando finalizó, Mao liberó el aire que mantenía, su suspiro se volvió una brisa que flotó y recogió de las manos de Makoto la luciérnaga que esta aún mantenía, haciéndola mover sus alas hasta posarse en el cabello de la muñeca.

Un segundo después, la muñeca levantó los párpados y unos luminosos ojos lilas, brillantes como la luciérnaga, se dejaron ver.

Bandera Negra [Kazuscara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora