Some New Memories

X.-𝓢𝓸𝓶𝓮 𝓝𝓮𝔀 𝓜𝓮𝓶𝓸𝓻𝓲𝓮𝓼

La reina terminaba de acomodar la pajarita de su hija mayor, Kia había estado inquieta todo el día, y no es para menos. Hoy irían a visitar a su otra madre.

De verdad que la extrañaba, tanto ella como sus hijos

Su primogénita caminaba dando saltitos cargando un ramo de lirios blancos, esos eran los favoritos de Vaggie, mientras que su menor hijo daba pasos cortos y tambaleantes tratando de seguir a su hermana.

Habían optado por caminar, el clima del infierno era curiosamente calmado hoy, tomo a Natán en sus brazos al ver que su hija lo había dejado muy atrás. Río al ver el puchero del menor, sus hijos sin duda tenían rasgos muy similares a su precioso ángel.

—Ma...má — se quejó el pequeño mientras Charlie dejaba un sonoro beso en la mejilla rojiza de este.

—Kia cariño, no te adelantes — pidió mientras iba apresurando su paso.

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Habían vuelto a traer a Vaggie al cielo....

A la reina del infierno, todo le recordaba aquella vez, esa sensación horrible del déjà vu porque su ángel había sangrado, ni bien la sangre dorada chorreó de sus piernas, la llevó donde Emily para que sea atendida.

Pero ahora esa sensación de angustia y miedo se apoderaba de ella, llevaba casi un día completo dentro de aquel lugar, su cabello revuelto, ojeras, su brazo rasgado por sus propias garras por el nerviosismo, su labio rajado por sus colmillos al morderlos para distraerse, agradecía que sus padres se llevaran a Kia a distraerla para que no la viera en ese estado

Ahora estaba sola, en aquella inquietante habitación de paredes blancas, estresada por no recibir noticias de la serafin menor, Lute incluso se fue porque a que debía vigilar aún las calles del cielo.

— ¿Qué sucedió? — preguntó rápidamente al levantarse, Emily había salido de aquella habitación donde estaba su esposa.

—Es un niño... felicidades Charlie, acabo de pedir que se lo lleven a una incubadora

Suspiro, alivia que su pequeño haya nacido y estuviera bien — ¿Y Vaggie?

—Oh bueno..... ella....

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Sonrió ante el recuerdo del nacimiento de su menor hijo, Natán y Kia eran el mejor regalo que le dio Vaggie. Ambos eran tan diferentes, pero cada uno era la perfecta combinación de ella y su amada.

— ¡¡¡¡MAMI!!!!! — Su corazón se llenó de gozo al ver nuevamente a su esposa, quien volteaba al escuchar el grito de su hija.

La platinada sonrió agachándose y estirando los brazos para recibir a Kia en un abrazo.

—¿Cómo ha estado la niña más hermosa del mundo? —preguntó empezando a rozar su nariz con la de la menor, quien reía encantada mientras era alzada y le entregaba el ramo a su madre.

— Muy bien, gracias por preguntar — interrumpió la reina acercándose a su esposa y dejando un beso en los labios de esta, Vaggie rio ante eso.

Cuando se alejó, pudo ver a Kia con los brazos cruzados y una mirada de enfado.

—Mami me lo decía a mí —replicó la pequeña mientras abrazaba el cuello de su madre.

Charlie rio, pero sintió a su menor hijo removerse. Este estiraba los brazos en dirección de su otra madre.