𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 [Alec Lightwood]

𝟎𝟑 | demon blood will make you kill

◇ CAPÍTULO TRES ◇

[ LA SANGRE DEMONÍACA LOS HARÁ MATAR ]

— Impresionante, ¿no? — Valentine le habla a su hijo sin quitar la mirada del entrenamiento de su ejército — Pero aún no tienen los dones que tú tienes y de los que tu hermana gozó por tanto tiempo. Tomaron un cuchillo serafín como bebés toman una botella.

— ¿Qué clase de padre experimenta con sus hijos con sangre pura de demonio, y luego le rompe el cuello a su hija y la convierte en algo que jamás debió existir? — cuestiona Jace con los dientes apretados.

— Uno con perspectiva — contesta casual — Los tres queremos lo mismo: Salvar este mundo de los demonios.

— La Clave lucha contra ellos.

— La Clave ha crecido débil, protegiendo a los subterráneos con los acuerdos. Algún día, todos ellos cederán a sus tendencias violentas, es inevitable. Incluso una gota de sangre de demonio en tus venas te convierte en una amenaza para la humanidad.

<<Dice eso, pero bien que me convirtió en... Esto>> Se queja Leah en su mente. Ella estaba escuchando toda la conversación desde adentro gracias a su nuevo oído vampírico y de lobo.

— No, yo conozco a muchos subterráneos que atienen a las reglas. Controlan sus impulsos — contradice Jace.

— Piensas enLucian Greymark, en brujos como Magnus Bane, Incluso, en el amiguito vampiro de Clarissa, ¿Simon? No importa lo buenos que traten de ser, los subterráneos no pueden controlar su sangre demoníaca por siempre.

— Si esa sangre es tan mala, ¿por qué la pusiste en mi y en Leah? ¿Por qué convertiste a mi hermana en subterránea? — cuestiona.

— Para combatir fuego con fuego.

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— ¿Alec? — Maryse Lightwood llama a su hijo mientras camina detrás de él — Alec, detente — ordena y él frena de golpe antes de voltear — ¿A dónde vas?

— No puedo sentarme sin hacer nada — contesta — Leah está muerta... No voy a quedarme aquí esperando a sentir morir a Jace. Debo encontrar a mi hermano.

— Jace no es tu hermano. No es tu sangre.

— Es más que mi sangre, es mi parabatai.

— Alec, quedamos como tontos al tomar a los hijos de Valentine, cuidándolos como a nuestros hijos — insiste.

— Eso era lo correcto — se molesta.