𝟎𝟒 | you know that's true

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CAPÍTULO CUATRO

[ SABES QUE ES VERDAD ]

- ¡La obligaste a matar a esa vampira! - reclama Jace en el barco

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- ¡La obligaste a matar a esa vampira! - reclama Jace en el barco.

- No la obligué, la mató porque era necesario - corrige Valentine - El mundo es un lugar más seguro sin esa... Cosa causando caos - añade sacándose la flecha del hombro.

- ¿"Esa cosa" dices? - cuestiona Leah - Gracias a ti, yo ahora soy, en parte, como "esa cosa". Y según tú mismo, soy más peligrosa de lo que ella era, pero no te veo con ganas de matarme. Y si la maté, fue porque iba a atacar a Jace.

- Aún así, lo hiciste - señala - ¿Qué, preferían haberla entregado a la Clave para ser juzgada?

- ¡Ese es nuestro trabajo! - recuerda el rubio.

- Tu trabajo - corrige su hermana - ¿Te recuerdo lo que soy ahora?

- Bueno, mi trabajo - suspira sin ganas de pelear con ella - La ley es dura, pero es la ley.

- La ley - bufa Valentine - Pero la Clave no hace nada, ¡nada! Para cumplir eso. Los subterráneos se multiplican con mordidas o rasguños, mientras que nosotros disminuímos año tras años.

- Claro, y eso te preocupa tanto que decidiste quitar una en la lista de Shadowhunters inyectándome tu porquería esa y convirtiéndome en un monstruo - reclama la castaña - ¡Eres un maldito hipócrita doble cara! Dices odiar a los demonios y a todos aquellos con esa sangre, pero es esa misma sangre la que haces correr por las venas de tus hijos, y a tu hija la conviertes en algo que jamás debió existir.

- Es la única manera - se limita a contestar.

- Te equivocas - Jace lo mira enojado antes de pasar por su lado, seguido por su hermana.

- ¿Así como me equivoqué con su madre? - aquello los hace frenar de golpe - Los conozco mejor de lo que se conocen a ustedes mismos.

- ¡Tú no nos conoces! - se molesta el mayor de los gemelos mientras que la menor no voltea.

Ella no sabía cómo contradecir eso porque, ahora, ni ella misma se conocía. No sabía quién era ahora, ni qué mierda era... Además de un maldito experimento.

- Me salvaste la vida, Jonathan - recuerda Valentine - Pudiste llevarme a cualquier lugar o entregarme a la Clave en Idris pero, ¿lo hiciste? No. Porque en el fondo, sabes que tengo razón. Ambos lo saben.

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En el Instituto de Nueva York, Alec golpeaba el saco de boxeo con tanta fuerza y tan repetidamente que parecía que lo rompería en cualquier segundo.

𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 [Alec Lightwood]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora